viernes, 29 de agosto de 2025

Deseo interno

Los seres humanos tienen muchos deseos,

Muchos de esos no pueden ser satisfechos.

Por más que cada uno busque su saciedad,

Ni todos los deseos se convertirán en realidad.

 

Hay deseos guardados en el corazón,

Son deseos que están más allá de la comprensión.

Un deseo diferente, y algo nuevo quiere buscar.

Algo que en ningún lugar se puede encontrar.

 

Ese deseo es el deseo de la vida eterna,

Él dice que hay algo más que esa Tierra.

Un deseo que por el Señor ha sido plantado,

Para que la persona recuerde de buscarlo.

 

Buscando a Dios, la persona va a encontrarlo,

Su deseo interno será finalmente realizado.

Habrá un real sentido en vida,

La persona empezará a sentirse muy viva.

 

La vida en la eternidad, ella empezará a buscar,

Su esperanza en Dios, ella depositará.

El tiempo de su partida, él esperará,

Esperando el día que Dios la llamará.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen V.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/4NDwz9

miércoles, 27 de agosto de 2025

La Cámara de Eco

La sabiduría te librará del camino de los malvados de los que dicen palabras perversas … de los que andan por caminos torcidos y por sendas extraviadas. Proverbios 2:12,15

El primer video de Lucas que se hizo viral fue un accidente. Hizo un análisis sincero y humorístico sobre una película de superhéroes y se despertó con cincuenta mil nuevas visualizaciones. La dopamina del reconocimiento fue instantánea y adictiva. En poco tiempo, su canal, “Hablando Claro”, se convirtió en su principal ocupación. Era un joven que amaba la cultura pop, pero también valoraba la bondad, la esperanza y un debate honesto.

Su camino comenzó a cambiar el día que fue invitado a una colaboración en el pódcast “Deconstruye”, presentado por Kael, un influencer famoso por su humor ácido y su desprecio por todo lo que se consideraba “tradicional”. Kael era el rey de la polémica, un maestro en decir cosas perversas con una sonrisa encantadora.

“Lucas, querido, tienes talento. Pero eres… demasiado bueno”, dijo Kael, entre bastidores. “Nadie quiere ver honestidad. Eso no vende. La gente quiere ver el circo arder. Quieren que destruyas, que ridiculices. Ahí es donde está el engagement”.

Kael y su círculo eran la personificación del proverbio. Habían dejado los caminos de la honestidad intelectual para andar por las tinieblas del cinismo. Para ellos, no había verdad, solo narrativas. No había belleza, solo algo de lo que burlarse. Sus caminos eran torcidos, y se regocijaban en practicar el mal, encontrando placer en la perversidad de sus palabras.

Seducido por la promesa de más seguidores y contratos publicitarios, Lucas comenzó a cambiar. Poco a poco, “Hablando Claro” se convirtió en “Hablando Torcido”. Empezó a hacer videos atacando a otros creadores, usando la ironía como arma. Pasó a ridiculizar películas que promovían valores que antes defendía, llamándolas “ingenuas” y “problemáticas”. Se convirtió en un eco de Kael.

El crecimiento fue exponencial. Los números subían, los contratos aparecían. Se mudó a un apartamento de lujo, comenzó a frecuentar fiestas exclusivas, se convirtió en parte del círculo íntimo de Kael. Pero, lejos de las cámaras, algo moría dentro de él.

Las conversaciones con su familia se convirtieron en campos minados.

“Hijo, ese video fue cruel”, dijo su madre después de que él hubiera “deconstruido” el trabajo de una joven artista. “No fue eso lo que te enseñamos”.

“Mamá, no lo entiendes. Es el juego”, respondía él, impaciente.

Su novia, Ana, que lo amaba por su gentileza original, comenzó a distanciarse.

“Ya no te reconozco, Lucas. Te alegras de ser malicioso. Parece que has encontrado placer en… llevar la contraria”.

La frase de Ana lo atormentó. Se estaba, de hecho, convirtiendo en eso. Él y Kael pasaban horas riendo de sus propias “ocurrencias” venenosas, celebrando las “cancelaciones” que provocaban. Estaba en un camino sombrío, pero el brillo de los focos le impedía ver la oscuridad.

El punto de inflexión llegó de forma inesperada. La joven artista a la que había ridiculizado publicó un video en respuesta. No lo atacó. Con los ojos llorosos, simplemente explicó cuánto significaba su trabajo para ella, cómo era un homenaje a su abuela fallecida, y cómo la ola de odio que el video de Lucas generó la había llevado a una profunda depresión.

Viendo ese video, solo en su caro y vacío apartamento, Lucas sintió el peso de sus palabras perversas. Vio el daño real detrás de los números de engagement. Aquello no era un “juego”. Aquello era la vida de alguien.

Miró a su alrededor. La vida que había construido en los últimos meses parecía una farsa. Era un escenario montado sobre el dolor y la humillación de los demás. Recordó quién era antes de conocer a Kael: un joven que encontraba alegría en compartir lo que amaba, no en destruir lo que otros amaban.

Esa noche, hizo algo que no hacía desde hacía mucho tiempo. Oró. No pidió más éxito o seguidores. Pidió liberación. Liberación de sí mismo, del hombre en el que se había convertido.

Al día siguiente, publicó un nuevo video. Sin cortes, sin chistes, sin ironía. Solo él, mirando a la cámara, con el rostro abatido.

“Me equivoqué”, dijo él. “Me perdí en el camino. Dejé que la búsqueda de relevancia me llevara a un lugar oscuro y cruel. Quiero pedir perdón”.

Perdió miles de seguidores en esa hora. Kael y su círculo lo ridiculizaron públicamente, llamándolo débil e hipócrita. Pero, por primera vez en meses, Lucas sintió que estaba volviendo a la luz, al camino correcto. El camino de regreso era solitario y difícil, pero él sabía, con una certeza que no sentía desde hacía mucho, que era el único camino que valía la pena recorrer.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 25 de agosto de 2025

Avivamiento

El pueblo del Señor necesita reavivarse,

Así, muchas vidas van a transformarse.

Avivamiento no significa solo ruido,

Significa cambios en el íntimo.

 

El alma de la persona avivada cambiará,

Con todas sus fuerzas, ella clamará.

La persona quedará hambrienta del Señor,

Ella deseará esparcir su resplandor.

 

A mucha gente, ella deseará predicar,

La palabra de Dios, ella va a devorar.

Del Padre, ella quiere acercarse,

Demostrando el significado de avivarse.

 

El que observa el que fue avivado verá la diferencia,

Será posible notar la divina presencia.

Con el avivado, el Espíritu Santo siempre estará,

Y nuevos corazones, Él va a tocar.

 

Ese avivamiento ocurre según la voluntad del Señor,

Para eso pasar, la gente le debe pedir y esperar su favor.

De esa magnífica obra, Dios es el mentor,

Y la persona avivada es solo el ejecutor.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen V.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/4NDwz9

viernes, 22 de agosto de 2025

El mensaje de Cristo

Nunca olvide las palabras de Cristo,

No se engañe con lo que ha visto.

Ni todos los que hablan de Jesús,

Siguen verdaderamente el mensaje de la cruz.

Muchos no están viviendo en su luz.


El Señor predicó el mensaje de la humildad,

Instituyó una ley soberana, la ley de la verdad.

El amor entre todos, es lo que Jesús predicó,

Como prueba de amor, Él se sacrificó.


Todos tienen que recordar de su sacrificio,

Saber que, para todos, Dios entregó su hijo.

La gracia de Dios a todos fue concedida,

A través de Cristo los pecadores tuvieron vida.


Jesús advirtió de lo que sucedería,

Habló de falsos maestros que en su nombre vendrían.

Ellos predicarían un evangelio diferente y pervertido,

Sería el evangelio venido del corazón corrompido.

Esos están lejos del Señor Jesucristo.


Toda doctrina siempre debe ser analizada,

La veracidad de su evangelio debe ser testada.

Saber si realmente es el Evangelio venido de Cristo,

O si es otro evangelio distorsionado.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mYzAYM

miércoles, 20 de agosto de 2025

El Excavador de Tesoros

Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia … La discreción te cuidará; la inteligencia te protegerá. Proverbios 2:1-2, 11

La pantalla del portátil de Léo brillaba con las palabras que lo atormentaban: “La fe es el abandono de la razón. La religión es el opio del pueblo. Los milagros son la muleta de los ignorantes”. Eran fragmentos de un debate en línea que había visto, y cada argumento escéptico parecía un golpe más a la ya debilitada estructura de su fe.

Creció en la iglesia. Las historias bíblicas eran su canción de cuna. Pero ahora, en la facultad de ingeniería, rodeado de ecuaciones, pruebas empíricas y un cinismo intelectual contagioso, su fe infantil parecía ingenua, frágil. ¿Cómo podía creer en un Mar Rojo abriéndose cuando pasaba el día calculando la resistencia de los materiales?

Su crisis alcanzó su punto álgido cuando a su madre le diagnosticaron una enfermedad degenerativa. Oró como nunca. Pidió, suplicó, ayunó. Y la condición de ella solo empeoró. El silencio de Dios era ensordecedor.

En una noche de frustración, abrió la Biblia que no había tocado en meses, casi como un desafío. Quería encontrar un fallo, una contradicción que le diera el permiso para rendirse de una vez por todas. Sus dedos hojearon las finas páginas y se detuvieron en Proverbios. Leyó: “Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si la llamas y pides entendimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios”.

La imagen lo tomó por sorpresa. Buscar como a la plata. Rebuscar como a un tesoro escondido. Él nunca había hecho eso. Su fe era un bien heredado, un mueble antiguo en la casa de su mente, que nunca se había molestado en pulir o examinar de cerca. La aceptaba pasivamente, y ahora la descartaba pasivamente.

Esa noche, Léo tomó una decisión. No iba a abandonar su fe. Iba a excavarla.

Compró cuadernos, bolígrafos de colores y se sumergió en las Escrituras con la misma metodología que usaba para estudiar cálculo. Comenzó a leer no solo versículos, sino capítulos y libros enteros, buscando contexto. Anotaba sus dudas, sus frustraciones, sus preguntas. Donde la Biblia parecía contradictoria, investigaba a fondo, leía comentarios de teólogos, estudiaba la historia y el lenguaje originales. Clamaba por entendimiento en sus oraciones, ya no pidiendo curas milagrosas, sino sabiduría.

“Señor, ayúdame a entender”, era su nueva plegaria.

Sus amigos de la facultad se burlaban.

“¿Perdiendo el tiempo con cuentos de hadas, Léo?”

Pero él no estaba perdiendo el tiempo. Estaba encontrando algo.

El tesoro que desenterró no era un cofre de respuestas fáciles. El tesoro era el propio carácter de Dios, que se revelaba entre líneas. Vio a un Dios que no era un mago cósmico, sino un Padre soberano que caminó con Job en el dolor, que usó la duda de Tomás para revelar Su gloria y que lloró en la tumba de Lázaro antes de resucitarlo.

Entendió que la fe no era el abandono de la razón, sino qué hacer cuando la razón alcanza su límite.

Cierta tarde, estaba en el hospital, leyendo el libro de los Salmos en voz alta para su madre. Ella dormía, el rostro sereno a pesar del dolor. La enfermedad no había retrocedido. Pero la paz que Léo sentía ya no dependía de eso. Mientras leía, se dio cuenta de que un médico joven lo observaba desde la puerta.

“Es difícil”, dijo el médico, con empatía. “Pasar por esto”.

“Sí, lo es”, respondió Léo. “Pero encontré un escudo”.

El médico frunció el ceño.

“¿Un escudo?”

“La certeza de que, aunque no entienda el ‘porqué’, conozco al ‘Quién’. Conocer a Dios, su carácter, su bondad… eso me guarda de caer en la desesperación. Me libra del camino del hombre malo, que, en este caso, sería la amargura”.

El médico, un hombre de ciencia, se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras.

“Me gustaría tener un escudo así”, confesó en voz baja.

Léo miró a su madre, luego al libro en su regazo. La búsqueda había valido la pena. No había encontrado oro ni plata, sino algo infinitamente más valioso. Había buscado entendimiento y encontró la prudencia. Había clamado por sabiduría y recibió el conocimiento de Dios. Y ese tesoro, ahora lo sabía, nadie podría robarlo. Era su escudo. Para siempre.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 18 de agosto de 2025

La enfermedad del rey

Por una enfermedad, Ezequías fue afligido,

Él consultó al profeta para saber su destino.

Y el Señor reveló su palabra,

Su muerte ya estaba determinada.


El rey se quedó entristecido y mucho oró,

Recordando de sus trabajos para el Señor,

En ese mismo momento, el rey mucho lloró,

Él sabía que su tiempo acabó.


Pero pronto vino la palabra del Señor,

Diciendo que oyó la oración de su siervo.

A sus lágrimas, el Señor se atentó,

La cura para la enfermedad, el Señor ejecutó.

Y a su vida, quince años, añadió.


Un gran regalo le fue concedido,

El Señor prometió librarlo del enemigo.

Para confirmar el milagro, él pidió una señal,

Ezequías pidió a Dios que retrasara el sol.


El pedido fue hecho a Dios por el profeta Isaías,

Dios atendió al pedido del rey Ezequías.

Él pudo ver la fidelidad del Señor,

Que en ningún momento lo abandonó.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mYzAYM

viernes, 15 de agosto de 2025

Anunciando las buenas nuevas

Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas.

Esa es la instrucción que Jesús nos dio,

Él es la buena nueva que Dios prometió.

Debemos llevar eso a todo el mundo.

Para que puedan recordarse del cordero que pereció.


Él murió para todo el mundo ser salvado,

Para que tengamos la oportunidad de ser renovados,

Y ser limpios de todo pecado.

Con una nueva vida en Jesucristo,

Debemos anunciar su salvación por el mundo.


Muchos están perdidos y sin dirección.

Precisando de una palabra de amor.

Algo verdadero que toque al corazón.

El evangelio de Cristo tiene ese poder.

El poder para que todos sean liberados,

Poder para que todos sean curados.


Para que la gente pueda conocer a Jesús,

Apenas depende de mí y de usted.

Precisamos anunciar el mensaje,

Así, en Cristo, muchos podrán creer.

Librándose del mundo que les hace sufrir,

Yendo hacia Dios que los va a proteger.


Ahora ya sabemos lo que debemos hacer:

Ir por todo el mundo y hablar de Jesús,

Dando testimonio del sacrificio de la cruz.

Tomando la gente de las tinieblas y llevando a la luz.


De esa manera, el mundo puede cambiar.

Rescatando las almas que están perdidas.

Así, muchas vidas se van a salvar,

Y en la eternidad, juntos, todos vamos a estar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

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miércoles, 13 de agosto de 2025

El Sonido del Silencio

Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz. Clama en las esquinas de calles transitadas; a la entrada de la ciudad razona … Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me encontrarán. … ¡Su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los aniquilarán! Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal. Proverbios 1:20, 28, 32-33

Jonas deslizó el dedo por la pantalla de la tableta, descartando la notificación con un suspiro de impaciencia. Era otro artículo compartido por su hermana, Cláudia: “Los Peligros del Endeudamiento Agresivo en Tiempos de Crisis”. Archivó el mensaje sin leer.

“Sé lo que estoy haciendo”, murmuró para sí mismo.

Estaba en la cima del mundo, o al menos en la cima de su mundo. Su constructora, “Jonas Edificaciones”, había conseguido el contrato para un condominio de lujo, su mayor proyecto hasta la fecha. Lo había logrado con una estrategia audaz: apalancamiento máximo, fuertes préstamos bancarios y la promesa de entrega en tiempo récord. Los “viejos” del mercado lo llamaban imprudente. Él se llamaba a sí mismo visionario.

La voz de la sabiduría, para Jonas, era solo ruido de fondo.

Gritaba en la plaza pública de su día a día. Era su gerente de banco, un hombre cauteloso, aconsejando: “Jonas, esta tasa de interés variable es una apuesta peligrosa. El escenario puede cambiar”. Jonas lo ignoró, buscando un préstamo inicial más alto.

Era su maestro de obras, el viejo Batista, con las manos curtidas y décadas de experiencia, diciendo: “Doctor Jonas, no podemos recortar costos en los cimientos. Este suelo de aquí es traicionero. Una lluvia más fuerte…”. Jonas lo interrumpió con un gesto, acusándolo de ser pesimista y de querer retrasar el cronograma.

Era su esposa, pidiéndole que revisaran juntos las finanzas, que crearan una reserva.

“Estamos viviendo al límite, Jonas. ¿Y si algo sale mal?”

Él respondía con arrogancia:

“Confía en mí. El error es para los débiles”.

Odiaba la instrucción y se burlaba de cualquier reprensión. Consideraba la cautela una debilidad y la prudencia, un sinónimo de cobardía. Él era el amo de su destino, el arquitecto de su éxito.

Entonces, llegó la calamidad. No como un trueno, sino como una lluvia fina y persistente que nadie tomó en serio al principio. Un pequeño cambio en la política económica del gobierno hizo que las tasas de interés se dispararan. El costo de su préstamo se duplicó de la noche a la mañana. Luego, vinieron las lluvias de verano, más fuertes de lo previsto. El terreno de la obra, exactamente como Batista había advertido, comenzó a ceder, comprometiendo parte de la estructura.

El desastre que tanto despreciaba se lo comió vivo.

Las llamadas de los acreedores se convirtieron en su música de fondo. Los proveedores suspendieron las entregas. El cliente amenazó con rescindir el contrato. El pánico, un sentimiento que no conocía, se instaló en su pecho como un inquilino violento.

Desesperado, comenzó a buscar la ayuda que antes había rechazado.

Llamó al gerente del banco, implorando una renegociación. La voz al otro lado fue fría y protocolaria: “Lo siento, señor Jonas, pero no hay nada que podamos hacer por el momento. Usted estaba consciente de los riesgos”.

Buscó al maestro de obras, Batista, que ya había renunciado. Le dejó varios mensajes. “¡Necesito su consejo! ¿Qué hago?”. Los mensajes nunca fueron respondidos.

Por la noche, encontró a su esposa en la sala, el rostro abatido, con una pila de facturas sobre la mesa.

“Tenías razón”, dijo él, con la voz quebrada. “Necesitamos hablar. Ayúdame a entender esto”.

Ella lo miró, y por primera vez él vio no amor o admiración, sino un profundo cansancio.

“Lo intenté, Jonas. Durante meses, lo intenté. Ahora… ya no sé qué decir”.

Era el eco exacto del proverbio. Él ahora clamaba por ellos, pero no respondían. Los buscaba de madrugada, pero solo encontraba el silencio. La sabiduría que había despreciado, ahora, en el momento de su mayor necesidad, se negaba a atenderlo.

Sentado en su lujosa sala, que pronto no sería suya, Jonas abrió la tableta. El artículo de su hermana todavía estaba allí, en el archivo. Lo leyó. Cada párrafo era una descripción precisa de su naufragio. La sabiduría estuvo allí todo el tiempo. No estaba escondida. Estaba gritando en las calles, en los consejos, en las alertas.

No había sido víctima de la mala suerte o de una economía traicionera. Había sido víctima de su propia arrogancia. Había amado su burla y odiado el conocimiento. Y ahora, probaba el fruto amargo de su propio camino, saciado de sus propias artimañas. El único sonido que quedaba era el silencio ensordecedor de todas las voces que se negó a escuchar.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 11 de agosto de 2025

Esperar en el Señor

El Señor actúa de forma misteriosa,

Él hace cosas que no conseguimos comprender.

Pero en el tiempo oportuno, su gloria va a aparecer.

Mostrando a todos su mano poderosa.

 

La mano de Dios viene para ayudar,

No vienen en el tiempo que queremos.

En el tiempo perfecto de Dios, ella vendrá.

El momento el cual el Señor va a determinar.

 

No es fácil esperar el tiempo del Señor,

Pues somos muy flacos y no resistimos al dolor.

Mismo con dolores, precisamos tener mucha fe.

¡Tenemos el Dios que todo puede cambiar!

En nuestro socorro, el Señor no tardará.

 

Confíe en los caminos del Dios Todopoderoso,

De todos los males, Él nos librará,

De muchas trampas y maldiciones, Él nos alejará.

 

Cuando sentirse solo, ore con el corazón,

Y tu aflicción, el Señor oirá.

Él te dará fuerza para continuar.

 

No desanime, queda firme en la eterna roca.

Cuando estamos en grandes batallas,

Es señal de que la gran victoria está próxima.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

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viernes, 8 de agosto de 2025

Iglesia lujosa

Una iglesia muy lujosa se puede frecuentar,

Todos sus grandes ornamentos son de admirar.

En ella se ve que hay una gran prosperidad,

Viendo esto, es preciso tener cuidado con la vanidad.


Con el lujo de la iglesia, la persona queda muy admirada,

Piensa que allí es una casa de oración más bendecida.

La persona ve que allí hay mucho lujo y riqueza,

Y luego imagina que todo es parte de la divina realeza.


Uno tiene aquella iglesia como un estándar,

Pensando que solo en el lujo Dios va a actuar.

Hay muchas personas que piensan de esta manera,

Pensando que el actuar depende del lujo de la iglesia.


La apariencia del templo no impide a Dios de actuar,

El actuar depende más de las personas que están allá.

Dios actúa conforme está cada alma y corazón,

Pues Él no mira el templo con la humana visión.


Dios ve lo que cada uno realmente está sintiendo,

No se fija en lo que están exhibiendo.

Por eso, iglesias lujosas y frías, es posible encontrar,

Se olvidaron de a quién realmente fueron a adorar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VI.

miércoles, 6 de agosto de 2025

El Atajo de la Ruina

Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos. … Pero aquellos acechan su propia vida y acabarán por destruirse a sí mismos. Así terminan los que van tras ganancias mal adquiridas; por estas perderán la vida. Proverbios 1:10, 18-19

El brillo del smartphone de Davi era más un tormento que una distracción. Cada deslizamiento por el feed era un recordatorio de su fracaso. Amigos de la universidad exhibiendo sus coches nuevos, viajes al extranjero, apartamentos comprados. Mientras tanto, él compartía un estudio con un compañero y el estado de cuenta de su préstamo estudiantil parecía un número de teléfono.

“Dios, solo necesito una oportunidad”, susurró al techo mohoso. Era un buen programador, inteligente, dedicado. Pero el mercado estaba saturado y su sueldo apenas cubría las cuentas.

La “oportunidad” apareció en la forma de Fábio, un antiguo compañero de la universidad que siempre parecía tenerlo todo fácil. Fábio lo invitó a un café en un barrio lujoso, hablando con la confianza de quien ya había “triunfado en la vida”.

“Davi, olvida ese empleo mediocre tuyo”, dijo Fábio, gesticulando con un reloj caro en la muñeca. “Estoy en un nuevo proyecto. Algo grande. Una aplicación de inversiones que usa un algoritmo… digamos, ‘diferenciado’. La rentabilidad es absurda”.

Los ojos de Davi brillaron.

“¿Qué tipo de algoritmo?”

Fábio sonrió, una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

“Ahí es donde entras tú. Necesitamos a alguien con tu talento para hacer unos ‘ajustes finos’ en la plataforma. Nada ilegal, por supuesto. Es solo una forma de… anticipar tendencias del mercado. Un atajo”.

Abrió la galería de fotos en su móvil, mostrando coches, fiestas en yates, un apartamento con una vista deslumbrante.

“Ven con nosotros, Davi. En seis meses, saldas tu deuda. En un año, estás viviendo en un lugar de estos. ¡Lo tendremos todo!”.

Las palabras de Fábio eran como música. Un canto de sirena que prometía ahogar todas sus preocupaciones financieras. La invitación era para una segunda reunión, para conocer a “los otros socios”.

Davi se fue a casa con la cabeza dándole vueltas. La propuesta era demasiado tentadora. Ese dinero lo resolvería todo. Podría finalmente ayudar a sus padres, tener una vida digna, dejar de sentirse como un fracasado. “Nada ilegal, por supuesto”, la frase de Fábio resonaba, pero con un tono falso que su conciencia no podía ignorar.

El domingo, fue a la pequeña iglesia a la que asistía desde niño. El pastor, un hombre sencillo, predicaba justamente sobre el libro de Proverbios.

“El camino ancho que parece bueno a los ojos”, decía él, “a menudo lleva a una trampa. La codicia susurra que mereces más, que lo mereces ahora, que lo mereces fácil. Pero la sabiduría sabe que la cosecha apresurada suele ser amarga”.

Cada palabra era una flecha en el corazón de Davi. Se vio en una encrucijada. Por un lado, el camino de Fábio: ancho, pavimentado con promesas de riqueza instantánea. Por el otro, el camino que conocía: angosto, empinado, pero con la paz de una conciencia limpia.

Durante la semana, la presión de Fábio aumentó. Mensajes. Llamadas. “¿Y qué, vas a seguir contando monedas para siempre?”.

La noche de la reunión acordada, Davi se vistió, con el corazón martilleándole en el pecho. Miró su reflejo en el espejo. Vio el cansancio en sus ojos, la ansiedad surcando su frente. Y entonces, recordó el versículo que el pastor había citado: “Tal es el camino de todos los codiciosos; quien así procede, a sí mismo se destruye”.

Él no estaría solo programando. Se estaría volviendo cómplice. Estaría construyendo su éxito sobre el perjuicio de otros. Estaría tendiendo una trampa para su propia alma.

Con dedos temblorosos, cogió el móvil y escribió un mensaje a Fábio: “Te agradezco la oportunidad, pero estoy fuera. Esto no es para mí”.

La respuesta fue inmediata, llena de escarnio: “Tú eliges, idiota. Sigue siendo pobre”.

Davi respiró hondo, sintiendo un alivio inmenso, como si le hubieran quitado un peso de los hombros. Quizás no tendría el apartamento con la vista deslumbrante, pero tendría noches de sueño tranquilo. Se había protegido de aquel camino.

Meses después, un escándalo financiero acaparó los titulares. Una aplicación de inversiones era, en realidad, un sofisticado esquema piramidal que había estafado a miles de personas. Las fotos de “los socios” siendo arrestados fueron divulgadas. Entre ellas, el rostro pálido y conmocionado de Fábio.

Davi miró la noticia en la pantalla del ordenador en su humilde estudio. No sintió alegría por la desgracia ajena, sino una profunda y serena gratitud. Entendió que la verdadera riqueza no estaba en los bienes que se acumulan, sino en los problemas que se evitan. Había sido seducido, pero no consintió. Y, esa noche, su almohada nunca le pareció tan suave.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 4 de agosto de 2025

Falta de Biblia

El mundo cristiano está muy dividido,

Todas las divisiones tienen un claro motivo.

La Biblia, los fieles ya no quieren leer,

Prefieren creer en lo que se oye y se ve.


En muchas doctrinas falsas están creyendo,

No observan si con la Biblia están concordando.

Piensan que toda persona habla de parte de Dios,

Y que todo lo que dicen fue Dios quien lo dio.


Por eso el cristianismo está tan dividido,

El “practicante” nunca lee su sagrado libro.

Esta falta compromiso hace la mentira se propagar,

Y de la verdad de Dios, cada uno se va a desviar.


Los cristianos necesitan prestar atención a la teología,

Pues con ella, entenderán mejor la Biblia.

También necesitan leerla todos los días,

Y aplicarla como un manual en sus vidas.


Solo así, las personas se van a liberar,

En falsas doctrinas, ya no van a acreditar.

Solo las verdades de Dios, van a practicar,

Así, el cristianismo nuevamente se reformará.


Será una reforma parecida a la antigua,

Dejando las palabras de la gente y creyendo en la Biblia.

Al foco original, el cristianismo irá a regresar,

Las palabras de Jesús, todo el pueblo leerá.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VI.

viernes, 1 de agosto de 2025

La maravilla de la creación

Toda la creación de Dios es tan maravillosa,

Todo lo que Él hizo tiene una función provechosa.

La naturaleza, con todas sus particularidades,

Solo pudo ser creada por una gran genialidad.


Son detalles imposibles de ser reconstruidos,

Son las estructuras vitales de todos los seres vivos.

Ni todo el conocimiento humano podría crear,

Solo el Dios Todopoderoso para todo diseñar.


En el diseño, Dios esboza su gran perfección,

Mostrando al ser humano la naturaleza de su corazón.

El Señor tiene un corazón muy amoroso,

Creando un mundo perfecto para su pueblo.


En aquel mundo vacío, algunos humanos, colocó,

Pronto aquel pueblo se multiplicó.

Y el ser humano comenzó a explorar la tierra,

Usando el agua, las montañas y la hierba.


El ser humano vio que su actividad era lucrativa,

Y decidió que, con eso, se ganaría la vida.

Siguió explorando lo que Dios dejó,

Con la renovación de la tierra, no se preocupó.


Por causa de la avaricia, el mundo está condenado,

Todos los recursos naturales serán agotados.

El ser humano destruyó el mundo perfecto del Creador,

Acabando con un gran proyecto de amor.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VII.

Presentación

Presentación

Dios bendiga a todos. He creado este blog con la intención de publicar mis poemas inspirados por Dios a través de su Espíritu Santo, que act...