Nunca olvide las palabras de Cristo,
No se engañe con lo que ha visto.
Ni todos los que hablan de Jesús,
Siguen verdaderamente el mensaje de la cruz.
Muchos no están viviendo en su luz.
El Señor predicó el mensaje de la humildad,
Instituyó una ley soberana, la ley de la verdad.
El amor entre todos, es lo que Jesús predicó,
Como prueba de amor, Él se sacrificó.
Todos tienen que recordar de su sacrificio,
Saber que, para todos, Dios entregó su hijo.
La gracia de Dios a todos fue concedida,
A través de Cristo los pecadores tuvieron vida.
Jesús advirtió de lo que sucedería,
Habló de falsos maestros que en su nombre vendrían.
Ellos predicarían un evangelio diferente y pervertido,
Sería el evangelio venido del corazón corrompido.
Esos están lejos del Señor Jesucristo.
Toda doctrina siempre debe ser analizada,
La veracidad de su evangelio debe ser testada.
Saber si realmente es el Evangelio venido de Cristo,
O si es otro evangelio distorsionado.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.
Vea el libro:

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