Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas.
Esa es la instrucción que Jesús nos dio,
Él es la buena nueva que Dios prometió.
Debemos llevar eso a todo el mundo.
Para que puedan recordarse del cordero que pereció.
Él murió para todo el mundo ser salvado,
Para que tengamos la oportunidad de ser renovados,
Y ser limpios de todo pecado.
Con una nueva vida en Jesucristo,
Debemos anunciar su salvación por el mundo.
Muchos están perdidos y sin dirección.
Precisando de una palabra de amor.
Algo verdadero que toque al corazón.
El evangelio de Cristo tiene ese poder.
El poder para que todos sean liberados,
Poder para que todos sean curados.
Para que la gente pueda conocer a Jesús,
Apenas depende de mí y de usted.
Precisamos anunciar el mensaje,
Así, en Cristo, muchos podrán creer.
Librándose del mundo que les hace sufrir,
Yendo hacia Dios que los va a proteger.
Ahora ya sabemos lo que debemos hacer:
Ir por todo el mundo y hablar de Jesús,
Dando testimonio del sacrificio de la cruz.
Tomando la gente de las tinieblas y llevando a la luz.
De esa manera, el mundo puede cambiar.
Rescatando las almas que están perdidas.
Así, muchas vidas se van a salvar,
Y en la eternidad, juntos, todos vamos a estar.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.
Vea el libro:

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