lunes, 29 de septiembre de 2025

Confianza en el Señor

A veces, soy burlado,

Me llaman loco, fanático, idiota.

No me importa nada de eso.

Pues con el Señor, tengo un compromiso.


Debo mi alabanza y gloria a Dios,

Solamente Él es mi único Salvador.

Dedico a Él todo mi clamor,

Confío en su providencia y favor.


En el camino de Dios, yo sigo feliz,

Obedeciendo a sus mandamientos y leyes.

Esforzándome para siempre complacerlo.

Esperando el regreso del Rey de los reyes.

¡Jesús! Que nos vendrá a salvar.


¡Yo te quiero, Señor mío!

Espero el regreso que prometió.

Guíame siempre hasta el día llegar,

Pues contra mí, muchos se van a levantar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3LdEKw

viernes, 26 de septiembre de 2025

La voz

Una voz me llama para regresar,

Esa voz dice que voy a morar en otro lugar.

Un lugar muy diferente de todo aquí,

Un lugar donde el mal no va a alcanzarme.


La voz, mansamente, continúa llamándome,

Parece que en mi corazón está entrando, llenándome.

Una voz tan dulce que no puedo resistir,

Al oírla, pronto tuve ganas de seguir.


Fui siguiendo para ver a dónde me iba a llevar,

Me condujo a un lugar diferente, el altar.

Y allí, la voz habló mucho más conmigo,

Diciendo que, para avanzar, necesitaba de Cristo.


Me decía que solo Jesús me podría llevar,

Solo con Él iría a mi verdadero hogar.

Fuera de él, no había ninguna posibilidad,

Fuera de Jesucristo no había verdad.


Todas estas palabras se grabaron en mi corazón,

Acepté a Jesucristo para mi salvación.

A partir de aquel día, Él me habló más a mí,

Diciendo que debía seguirlo y esperar por el fin.


Esa realidad pasó a formar parte de mi vida,

Sigo mi camino con Jesús todos los días.

Esperando el día en que con Él estaré,

Esperando el día en que con Él moraré.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VII.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

La Firma en el Corazón

Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en la tabla de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buen nombre entre la gente. Proverbios 3:3-4

Clara era vista como una anomalía en el departamento de ventas de InovaTech. Mientras sus compañeros operaban bajo la filosofía del “cueste lo que cueste”, prometiendo funcionalidades que no existían y plazos imposibles para alcanzar las metas, Clara llevaba consigo dos principios que parecían anticuados: la bondad y la fidelidad.

Para ella, la fidelidad no era solo ser leal a la empresa, sino ser fiel a su propia palabra. Si le prometía algo a un cliente, aquello se convertía en un contrato sagrado. La bondad no era ser ingenua, sino tratar a cada persona —desde el CEO hasta el becario, desde el cliente millonario hasta el pequeño proveedor— con el mismo respeto y honestidad. Sus compañeros la apodaron, a sus espaldas, “La Escultista”.

“Clara, pierdes demasiado tiempo con los clientes pequeños”, le dijo su gerente, Ricardo, en una ocasión. “Ellos no mueven la aguja. Y toda esa honestidad tuya te va a costar el ascenso. A veces, necesitas… disfrazar la verdad”.

Para Clara, la benignidad y la fidelidad no eran opcionales. Eran como el discreto collar que usaba todos los días, un regalo de su abuela. Eran el recordatorio visible de una verdad que había escrito en lo profundo de su corazón.

La prueba de fuego llegó con la cuenta de Gigantus, la mayor oportunidad en la historia de la empresa. La negociación era feroz, y el competidor estaba jugando sucio. En una reunión crucial, el director de Gigantus hizo una pregunta técnica sobre la capacidad de integración del software de InovaTech con un sistema heredado que ellos usaban.

Era el punto débil del producto. Una integración completa solo estaría lista en seis meses.

Ricardo, el gerente, estaba en la sala. Le dio una leve patada en la espinilla a Clara por debajo de la mesa, una señal clara. Disfraza la verdad.

Clara sintió que el corazón se le aceleraba. El ascenso, el bono de fin de año, el respeto de sus compañeros: todo dependía de esa respuesta. Podría decir “Sí, es totalmente compatible” y dejarle el problema al equipo de tecnología para que lo resolviera después. Era lo que todos harían.

Pero las palabras estaban escritas en su corazón. Respiró hondo.

“Señor Medeiros”, dijo ella, con voz firme. “Seré totalmente transparente. La integración completa con su sistema actual estará lista en nuestra próxima actualización, dentro de seis meses. Lo que podemos ofrecer hoy es una solución parcial que atiende el 80% de sus necesidades, y un plan de trabajo detallado para implementar el 20% restante sin costo adicional tan pronto como se lance la actualización”.

El silencio en la sala fue pesado. Ricardo fulminó a Clara con la mirada. Ella, a sus ojos, acababa de perder el negocio de la década.

Al final de la reunión, el director de Gigantus, un hombre experimentado y de pocas palabras, se levantó. Estrechó la mano de Ricardo y luego se giró hacia Clara.

“Señorita Clara”, dijo él. “En los últimos dos meses, he hablado con seis empresas. Todas me prometieron la luna. Todas me dijeron que sí a todo. Usted ha sido la primera persona que me ha dicho la verdad. Y por eso, sé que puedo confiar en su empresa”. Se giró hacia Ricardo. “Preparen el contrato. Cerramos con ustedes”.

La noticia se extendió por InovaTech como un reguero de pólvora. Lo que debería haber sido un fracaso se convirtió en un triunfo legendario. Clara no solo había vendido un producto; había vendido confianza.

Meses después, cuando se abrió la vacante de directora de ventas, el nombre de Clara fue unánime. No solo contaba con el favor de la dirección, sino que también sentía una profunda paz interior, la certeza de estar en el camino correcto.

En su nueva oficina, más grande y con una vista panorámica de la ciudad, no colgó diplomas ni gráficos de ventas en la pared. En un pequeño marco, enmarcó la frase que su abuela le dijo al darle el collar: “El carácter es lo que eres cuando nadie está mirando, pero es lo que todos reconocen cuando se enciende la luz”.

La bondad y la fidelidad no eran una desventaja. Eran su firma. Y estaban escritas no solo en su corazón, sino ahora, en la cultura de todo su equipo.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 22 de septiembre de 2025

Verdad eterna

En este mundo humano, todo pasará,

Ninguna cosa para siempre durará.

El ser humano, en el tiempo cierto, morirá,

Todo lo que existe siempre se transformará.

Solo hay una cosa que nunca cambiará…


Lo que no cambia es la Palabra de Dios,

Siempre quedarán las palabras que escribió.

Por varias generaciones, su Palabra ya pasó,

Sus escritos y designios, nadie los cambió.


No hay cómo cambiar lo que es verdad,

Es imposible intentar romper la realidad.

El perverso hasta intenta desacreditar,

Pero luego viene algo para le castigar,

Y las palabras que dijo, nadie va a recordar.


Con la Palabra de Dios, sucede diferente,

Ella permanece fiel y es recordada eternamente.

Es recordado todo lo que Dios ejecutó,

Con ella, es conocido lo que el Señor planificó.


A través de la Palabra, el ser humano se puede salvar,

Si sus enseñanzas, él decide aceptar.

Aceptándolas, más cerca del Señor, se quedará,

Y el cumplimiento de la escritura, él verá.

El ser humano verá que todo el mundo cambiará,

Y la Palabra de Dios siempre permanecerá.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VII.

viernes, 19 de septiembre de 2025

Planes y acciones

Muchas veces deseamos hacer muchas cosas y todo realizar,

Tenemos muchos planes, ideas y muchas ganas de algo nuevo empezar.

Nuestra mente está agitada con un millón de pensamientos,

Todos quieren ser realidad, todos listos para aquel momento.


Quedamos ansiosos para que todo lo que fue pensado sea realizado,

Hasta imaginamos cómo será el futuro después de que el plan sea ejecutado.

Vemos cómo nuestra vida será mucho mejor después de aquella acción,

La idea de este éxito, déjanos felices y con mucha satisfacción.


Sin embargo, en muchos casos no logramos poner nada en práctica,

Todo queda solo en la teoría, todo está parado de forma estática.

Quedamos solo pensando, teorizando, sin salir del lugar.

Creamos muchos estorbos para todo y nada podemos ejecutar.


Quedamos trabados y paralizados, el miedo domina nuestra mente,

La incertidumbre nos invade, asómbranos y no permite ir enfrente.

Quedamos imaginando aquello que podríamos haber hecho y adquirido,

Quedamos soñando con una vida maravillosa que habríamos vivido.


No podemos cargar este miedo y quedar sin hacer lo que soñamos,

Debemos seguir adelante y hacer todo aquello que imaginamos.

Si faltan fuerzas, debemos pedir a Aquel que nos puede fortalecer,

El Señor Dios que nos ayuda a crecer y a todo estorbo vencer.


Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El Legado del Reloj

Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán paz. Proverbios 3:1-2

En su septuagésimo cumpleaños, Artur les dio a sus dos hijos, Daniel y Pedro, el mismo regalo: una copia gastada de su viejo libro de Proverbios y el reloj de pulsera que había usado durante cincuenta años.

“En este libro”, dijo Artur, con la voz serena de quien ha vivido lo que predica, “está el secreto para que el reloj funcione por mucho tiempo. No olviden mis enseñanzas, guarden los buenos principios en su corazón. No son solo reglas; son el manual de instrucciones para una vida larga y en paz”.

Daniel, el mayor, un abogado ambicioso y pragmático, sonrió con cortesía. Amaba a su padre, pero consideraba su fe algo pintoresco, casi folclórico. Para él, “años de vida y paz” eran el resultado de un buen seguro de salud, inversiones sólidas y una poderosa red de contactos. Guardó el libro en la estantería, como una reliquia, y se enfocó en su implacable carrera.

Pedro, el menor, un profesor de historia, recibió el regalo con reverencia. Veía en su padre no a un hombre rico, sino al hombre más próspero que conocía. Artur tenía una serenidad que el dinero no podía comprar. Pedro decidió tomarse en serio el “manual de instrucciones”.

Los años pasaron, y los caminos de los hermanos se convirtieron en un estudio de contrastes.

Daniel construyó un imperio. Trabajaba dieciocho horas al día. Su ley era el contrato, sus mandamientos eran las metas trimestrales. No olvidaba los plazos, pero olvidaba los cumpleaños. Su agenda era impecable, pero su salud comenzó a desmoronarse. La paz era un lujo que no podía permitirse. El estrés crónico le provocó hipertensión. La comida rápida y apresurada le causó gastritis. Las noches mal dormidas se convirtieron en su norma. A los cuarenta y cinco años, su cuerpo comenzó a pasarle factura por una vida vivida en constante estado de alerta, lejos de la paz. Tenía “días larguísimos” en el sentido de una agenda llena, pero la calidad de esos días era pobre.

Pedro, por otro lado, guardó los mandamientos de su padre en su corazón. Entendía que la “ley” no trataba sobre religiosidad, sino sobre principios de vida. Honraba el día de descanso, no por obligación, sino porque entendía que su cuerpo y su mente necesitaban reposo. Era generoso con su tiempo y sus recursos, lo que lo libraba de la ansiedad de la codicia. Cultivaba sus relaciones con su esposa e hijos con la misma dedicación con la que preparaba sus clases, lo que le traía una profunda alegría. Se alimentaba con moderación, caminaba por el parque y sus noches eran de sueño profundo.

Un día, Daniel sufrió un principio de infarto en medio de una reunión. El susto lo obligó a tomar una baja médica. Confinado en su lujosa pero fría casa, se sentía como un prisionero. Sus socios lo veían como un lastre, sus hijos apenas lo conocían. La soledad era su única compañía.

Pedro fue a visitarlo. No le trajo lecciones de moral, solo se sentó a su lado.

“¿Cómo lo haces?”, preguntó Daniel, con voz débil. “Pareces… en paz”.

Pedro miró el reloj en su muñeca, el mismo que su padre le había dado. “Solo intenté seguir el manual de instrucciones, Dani”.

“¿Qué manual? ¿Ese librito de fábulas?”, Daniel escupió las palabras con amargura.

“No”, dijo Pedro, tranquilamente. “El manual que enseña que el perdón es más saludable que el rencor. Que la generosidad alivia el alma. Que el descanso no es pereza, es sabiduría. Que amar a Dios y a las personas trae un tipo de paz que ningún contrato millonario puede garantizar. Los mandamientos de papá no eran sobre ganar el cielo, eran sobre cómo vivir bien en la tierra”.

Daniel se quedó en silencio. Había conquistado el mundo, pero había perdido su salud y su paz. Tenía años de vida por delante, pero ¿qué tipo de vida sería?

Esa tarde, después de que Pedro se fuera, Daniel se levantó con dificultad. Fue a su imponente estantería, llena de libros de derecho y economía. En una esquina, cubierto de polvo, estaba el pequeño libro de Proverbios. Lo abrió.

Comenzó a leer, no como un abogado escéptico, sino como un hombre enfermo buscando un remedio. Y, por primera vez, entendió que las enseñanzas de su padre no eran una prisión, sino la llave de la libertad. La libertad de una vida larga, sí, pero una vida llena de paz.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

martes, 16 de septiembre de 2025

Llegando al límite

En nuestra vida siempre intentamos ser muy fuertes y todo soportar,

Aunque estemos en algún aprieto, preferimos no demostrar.

Vamos caminando y llevando con nosotros todo dolor y sufrimiento,

Evitando hablar de aquello para que nadie sepa de nuestro momento.


Por más fuertes que seamos, algún momento no más vamos a aguantar,

Vamos a llegar a nuestro límite, y todo lo que sentimos vamos a mostrar.

Muchos pueden hasta quedar sorprendidos con aquel comportamiento,

Muchos quedarán sorprendidos al saber lo que guardamos tanto tiempo.


Y así cómo el esperado, muchos llegarán solo para criticar,

Van a decir que lo ocurrido es liviano y debemos parar de exagerar.

Ellos dirán eso porque no pueden entender lo que pasamos,

No tienen empatía ni se ponen en el lugar que estamos.


Estas críticas no nos van a ayudar en absolutamente nada,

Al contrario, van a dejar nuestra tristeza aún más pesada.

En este momento sentimos una soledad muy intensa y profunda,

Muchos criticaran cuando abrimos el corazón para pedir ayuda.


Este es el momento de recordar de Aquel que realmente puede ayudar,

Aquel que levántanos, abrázanos, guíanos y todo ayuda a soportar.

El Señor Jesús, que es el Único que nunca nos va a criticar ni abandonar,

Su ayuda siempre está disponible y a nuestro lado, Él siempre estará.


Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.

lunes, 15 de septiembre de 2025

¿Es el cristianismo relevante para el mundo actual?

Soy cristiano y últimamente me he estado haciendo esta pregunta. No porque haya dejado de creer en Dios y en la maravillosa gracia de su salvación. Tengo una fe muy firme.

Entonces, ¿cuál es el propósito de la pregunta?

Esta pregunta me vino a la mente después de una publicación que vi en Reddit. Era más o menos así:

Una captura de pantalla de una conversación en internet, donde una persona se mostraba triste al saber que Japón tenía un número bajísimo de cristianos. Y otra persona respondió comparando algunos indicadores sociales de Japón con los de EE. UU. Y, de hecho, el país asiático sin cristianismo estaba mucho mejor que el “país de mayoría cristiana”.

Confieso que nunca había pensado en este asunto, pues para mí, que soy brasileño y vivo en un país donde el nombre de Dios está en los billetes y el nombre de Jesús está en todas partes, parecía que el cristianismo marcaba alguna diferencia para los países donde es la religión dominante. Pero tras un análisis un poco más profundo, me di cuenta de que no hay ninguna diferencia. En algunos casos, los países de mayoría cristiana están peor que los países con otras religiones mayoritarias o sin religión.

Sé que esta idea puede parecer absurda y sin sentido, pero pensemos en algunos puntos; analícelos pensando en las personas que conoce y en otros datos que pueda conocer.

  • ¿Cuántos políticos que se dicen cristianos están involucrados en delitos?
  • ¿Cuántas parejas cristianas se ven envueltas en infidelidad o divorcio?
  • ¿El sistema judicial de los países de mayoría cristiana parece ser más justo y funcionar mejor?
  • ¿Las sociedades de mayoría cristiana tienen una preocupación genuina por los más necesitados?
  • ¿Hay menos mentiras en los países de mayoría cristiana?

Para mí, todas las respuestas son NO. Y ahí llegamos al punto del título: lamentablemente, el cristianismo no es relevante para la sociedad, al menos, no como una religión organizada e institución.

Y, tras esta conclusión, viene la gran pregunta: ¿Cómo hemos llegado a este punto?

Creo que no hay una respuesta simple y directa para esto. Sin embargo, si volvemos a la Biblia, encontraremos diversas pistas.

Sal de la tierra y Luz del Mundo

Mateo 5: 13 »Vosotros sois la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. 14 »Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de todos, para que ellos puedan ver vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre que está en el cielo.

El mensaje en el texto es muy claro: ustedes (los cristianos) deben marcar la diferencia en el mundo. Ustedes son sal, luz y sus buenas obras deben ser conocidas. Cristo fue incisivo en sus palabras y acciones. Él no vino para crear una nueva religión organizada que vive de apariencias y títulos. Vino para traer la salvación de Dios al mundo. Y sus discípulos deben seguir sus pasos.

Jesús no tuvo miedo del sistema dominante o de la mayoría religiosa. Hizo lo que tenía que hacerse sin preocuparse por la opinión de la gente o su popularidad.

Y en los días actuales, ¿qué vemos?

Personas que adaptan el Evangelio al estándar políticamente correcto y socialmente aceptable. Un ejemplo de esto es la defensa inquebrantable del capitalismo moderno. A los cristianos les parece de lo más normal acumular riquezas sin límites mientras otros viven en la miseria. Y cuando alguien no está de acuerdo, es llamado comunista, de extrema izquierda y otros atributos políticos. La gente ha olvidado lo que significa el amor al prójimo y la compasión.

Otro ejemplo muy llamativo es la normalización de la mentira. Ve a un supermercado y lee algunas etiquetas. Es muy probable que encuentres promesas que son mentiras flagrantes. Y para la sociedad está todo bien, a nadie le importa. Es solo el libre mercado, la economía necesita crecer.

Sobre la inercia de los cristianos, hace algún tiempo, escuché una predicación donde el pastor decía que los cristianos modernos se apoyan en Efesios 2:8-9 para huir del trabajo duro.

Efesios 2:8 Porque por gracia habéis sido salvados mediante la fe; esto no procede de vosotros, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras, para que nadie se jacte.

La gente repitió tanto esto hasta convencerse de que no necesita hacer nada en este mundo. Un contraste muy grande con los cristianos del pasado que desempeñaron papeles importantísimos para la sociedad. John Newton fue un extraficante de esclavos que luchó ávidamente por el fin de este comercio. Muchas instituciones de enseñanza y atención médica fueron fundadas por las iglesias cristianas. Hay muchas organizaciones filantrópicas mantenidas por iglesias.

Aquellos que trabajan, leyeron la continuación del texto de Efesios.

Efesios 2:10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.

El texto completo dice que no somos salvos por obras, sino por la gracia de Dios. Y después de eso, debemos hacer las buenas obras que Dios ya nos ha preparado. Si pensamos un poco, sabemos cuál es nuestro don, solo necesitamos movernos para utilizarlo.

Creo que a estas alturas ya entendemos por qué el cristianismo no ha sido relevante en el mundo. Los cristianos no están haciendo su papel como luz del mundo y sal de la tierra. La vida cristiana se ha convertido en un título con algunos ritos predefinidos. Sigue el manual y todo estará bien:

  • Acepta el mundo tal como es;
  • No necesitas hacer nada;
  • Las buenas obras no salvan a nadie;
  • Ve a la iglesia tanto como puedas;
  • Evangelizar es opcional;
  • Y muchas otras mentiras…

Un cristiano puede, de hecho, vivir así, pero en el Día del Juicio, podría escuchar:

Mateo 7:21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” 23 Entonces les diré claramente: “Jamás os conocí. ¡Alejaos de mí, hacedores de maldad!”

Las palabras son duras, pero reales. Haz una autoevaluación para entender si estás viviendo el cristianismo institucionalizado o si estás viviendo el Reino de Dios.

El cristianismo institucional puede haber perdido relevancia, pero el Evangelio de Cristo jamás la pierde. Cuando los cristianos deciden vivir como discípulos auténticos —amando, sirviendo, siendo justos y compasivos— el Reino de Dios vuelve a ser percibido como una fuerza transformadora en el mundo.

viernes, 12 de septiembre de 2025

Regalando

Quedamos satisfechos cuando recibimos algo,

Amamos cuando somos regalados,

Amamos cuando nuestros deseos son realizados.

 

Ganar algo nos hace sentir importantes,

Sentimos que somos queridos y amados,

Por otras personas, estamos siendo recordados.

 

Los regalos son una demostración de amor,

Muestran que somos dignos de atención,

Dicen que merecemos gran consideración.

 

Así como recibimos el amor de otros,

También debemos demostrar nuestro amor,

Debemos dar a otros nuestra gracia y favor.

 

Debemos sembrar aquello que ya recibimos,

No necesitamos empezar con bienes materiales,

Podemos empezar visitando enfermos en los hospitales.

 

Podemos dar un poco de atención a alguien,

Llevar un poco de alegría a un solitario,

Mostrándoles que hay alguien a su lado.


Podemos donar nuestro tiempo para oír,

Estando atentos a lo que el otro quiere hablar,

Una cura profunda, eso puede generar.

 

También podemos dedicarnos a otros,

Ayudándolos en sus necesidades,

Pequeñas acciones generan enorme felicidad.

 

Otra manera de ayudar es a través de la oración,

Presentando a Dios los pedidos del otro,

Este sacrificio es más valioso que el más puro oro.

 

El reconocimiento puede ser mostrado con dinero,

Donando y ayudando a los que están más necesitados,

Ellos se sentirán inmensamente bendecidos y amados.

 

Esos fueron solo algunos ejemplos de semillas,

Hay muchos campos donde pueden ser plantadas,

Ellas esperan a alguien para sembrarlas.

 

Haga su mejor esfuerzo para mejorar el mundo,

Dios siempre hace su mejor esfuerzo por todos,

Tratemos de imitarlo con nuestro mejor esfuerzo.


Este poema es parte del libro Palabras de fe.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3162v6

miércoles, 10 de septiembre de 2025

La Cosecha de la Tierra Firme

Así andarás por el camino de los buenos y seguirás la senda de los justos. Pues los íntegros habitarán en la tierra y los rectos permanecerán en ella. Pero los malvados serán desarraigados y los infieles expulsados de la tierra. Proverbios 2:20-22

Mateus y Vitor comenzaron en el mismo lugar: una pequeña oficina alquilada, dos escritorios de segunda mano y un sueño compartido de construir la mejor empresa de logística de la región. Eran amigos, talentosos y hambrientos de éxito. Pero sus brújulas morales apuntaban en direcciones opuestas.

Vitor era el maestro de los atajos.

“El mercado es una selva, Mateus. O comes, o te comen”, decía, mientras firmaba un contrato con un proveedor de dudosa calidad, pero que le ofrecía una generosa “comisión”. Pagaba sueldos por debajo del mercado, prometía plazos de entrega que sabía que eran imposibles de cumplir y consideraba los impuestos una “sugerencia” que debía sortearse creativamente.

Mateus, por otro lado, seguía un camino más lento y empinado. Se negaba a pagar sobornos, invertía en formación y equipos de seguridad para su personal, y se aseguraba de pagar cada céntimo de sus tributos.

“Estoy construyendo algo para que dure, no para hacerme rico de la noche a la mañana”, explicaba, mientras perdía otro cliente ante los precios imposiblemente bajos de Vitor.

En los primeros cinco años, el mundo parecía darle la razón a Vitor. Conducía un coche importado, compró un ático con vistas al mar y aparecía en las portadas de las revistas de negocios locales como el “empresario audaz” que había descifrado el código del éxito. Mateus, mientras tanto, seguía viviendo en la misma casa, conduciendo el mismo coche y reinvirtiendo cada ganancia en la mejora de su empresa. Para muchos, era visto como un ingenuo, un soñador que no entendía cómo funcionaba el “mundo real”.

La diferencia más flagrante estaba en la cultura de sus empresas. En “Vitor Log”, la rotación de personal era altísima. El ambiente era de desconfianza y miedo. Los conductores, presionados por plazos irreales, cometían infracciones y se veían envueltos en accidentes. Los clientes, atraídos por el bajo precio, pronto se frustraban con retrasos constantes y mercancías dañadas. La empresa de Vitor era un reluciente pero frágil castillo de naipes.

En “Logística Alianza”, de Mateus, la atmósfera era otra. Su equipo era leal. Conocía a cada empleado por su nombre, sabía de sus familias, de sus luchas. Sus clientes eran fieles, pues sabían que la palabra de Mateus era su garantía. Su empresa crecía lentamente, pero sus raíces se hundían en suelo firme: la tierra de la integridad.

La tormenta llegó en forma de una gran fiscalización federal, barriendo el sector del transporte en busca de fraudes y evasión fiscal. Fue seguida por una recesión que contrajo el mercado drásticamente.

El imperio de Vitor fue el primero en derrumbarse. Las multas de la fiscalización eran astronómicas. Con su reputación manchada, los clientes desaparecieron. Presionado, no pudo cumplir con los pagos a sus proveedores “socios”, y las prácticas deshonestas que antes lo beneficiaban ahora se volvían en su contra. En menos de seis meses, “Vitor Log” se declaró en quiebra. Vitor fue arrancado de la tierra que creía poseer, su nombre ahora era sinónimo de fraude.

“Logística Alianza” también sintió el golpe. Mateus tuvo que apretarse el cinturón, renegociar contratos y trabajar más duro que nunca. Pero algo extraordinario sucedió. Su equipo se unió a él, aceptando reducciones temporales de jornada para evitar despidos. Sus clientes más antiguos, valorando años de servicio confiable, no solo se quedaron, sino que lo recomendaron a otros. Su reputación de honestidad se convirtió en su activo más valioso en tiempos de desconfianza.

Un año después, el polvo se había asentado. El patio de la antigua empresa de Vitor estaba vacío, con un cartel de “Se Vende” descolorido por la lluvia. A pocos kilómetros de allí, el patio de Mateus estaba lleno de actividad. Había sobrevivido. Más que eso, estaba prosperando, ocupando el espacio dejado por aquellos que habían sido arrancados.

Cierta tarde, mirando sus camiones salir para otro día de trabajo, Mateus entendió. No era más rico en posesiones de lo que Vitor fue en su apogeo. Pero era rico en algo mucho más duradero. Había elegido el camino de los justos y, como promesa, permanecía. Había heredado la tierra. No un pedazo de suelo, sino la tierra firme de la paz, del respeto y de un legado construido para durar.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 8 de septiembre de 2025

Seguir creyendo

Hace mucho tiempo desde que oí su promesa,

Desde que oí su voz, ha sido una infinita espera.

Todas las cosas que dijiste, aguardé,

La transformación en mi camino, esperé.

 

¡Oh, Señor! ¡Necesito tu poderosa ayuda inmediatamente!

Todas las bendiciones prometidas, quiero verlas a mi frente.

Siento que todas las cosas de mi vida están congeladas,

Siento que no hay solución para absolutamente nada.

 

Ayúdame a superar todas mis angustias,

Seguir adelante en mi situación es una verdadera lucha.

Hay momentos en que no más deseo continuar,

Los problemas son difíciles y me tratan de despedazar.

 

Todos los días, hago mi mejor esfuerzo para avanzar,

Pero parece que este test nunca terminará.

Señor, recuerda de esta pobre y necesitada alma,

Actúa en mi vida y haz crecer este siervo que a ti clama.

 

Oro y canto intentando hacer mi fe ser aumentada,

Siempre creyendo que la bendición de Dios será dada.

Estoy seguro de que no hay provecho en quejarse,

Con las quejas, mi dolor no va a aliviarse.


No importa lo que venga contra mí,

Sé que el Dios Todopoderoso es por mí.

Aunque se levanten miles de enemigos,

Con la ayuda del Señor, venceré todos los desafíos.

 

Aunque todos digan que no seré bendecido,

No los oiré, creo en lo que Dios me ha dicho.

Dios es el único que puede decidir mi destino,

Él abrirá un río de bendiciones en mi camino.

 

Dios hizo algo grande, así como yo esperaba,

Él creó una novedad donde no había nada.

El Señor cumplió todas sus palabras prometidas,

Él mostró que es celoso y fiel con mi vida.


Este poema es parte del libro Palabras de fe.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3162v6

viernes, 5 de septiembre de 2025

La nueva iglesia

El púlpito se está convirtiendo en un palco,

La iglesia no es más un templo,

Está más parecida a un teatro.

La gente no está buscando a Dios,

Están buscando a un espectáculo.


El Señor, la gente no va a buscar,

Ellos buscan algo para encantar.

El Evangelio, no más quieren escuchar,

Quieren una manera de alegrarse.


Jesús es mostrado de forma diferente,

Un Cristo más moderno y atrayente.

Un Jesús que todo puede aceptar,

Un Jesús que no te va a cambiar.


No se importan sobre qué sucederá,

De cualquier manera, te quieren encantar.

Lo más importante es usted estar allá,

Independiente si la salvación usted recibirá.


Hay solamente un camino para salvarse,

El Jesús verdadero, debemos buscar.

No es aquel que apenas nos quiere agradar.

Es aquel que algo va a enseñar.


Es el Jesús manso y humilde,

Aquel que para siempre vive.

El verdadero y eterno Señor,

Que murió para ser nuestro Salvador.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

La Casa de los Ecos

[La sabiduría]Te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras … Ciertamente su casa conduce a la muerte; sus sendas van hacia los muertos. Proverbios 2:16, 18

Marcos no era un hombre infeliz. Amaba a su esposa, Sofia, y a sus dos hijas. Tenía un buen matrimonio, construido sobre quince años de compañerismo y risas compartidas. Pero últimamente, la rutina lo había engullido. El trabajo era estresante, las cuentas se acumulaban y las conversaciones con Sofia parecían girar siempre en torno a listas del supermercado y problemas de la escuela. El brillo se había vuelto opaco.

La “mujer extraña” no entró en su vida en un bar o en un viaje de negocios. Apareció en su feed, como una sugerencia de amistad. Camila. Una compañera de la facultad a la que no veía desde hacía años. Su perfil era un mosaico de una vida aparentemente perfecta: viajes exóticos, restaurantes de moda, una carrera de éxito. Era una vida libre de los pañales y las facturas que definían la suya.

Todo comenzó con un “me gusta”. Luego, un comentario casual.

“Me acuerdo de ti en la facultad, siempre el más inteligente de la clase”, escribió ella.

Sus palabras eran halagadoras, un bálsamo para su ego cansado. Marcos se sintió visto, admirado, de una forma que no se sentía desde hacía mucho tiempo.

Las conversaciones migraron a lo privado. Al principio, eran inocentes, nostálgicas. Pero pronto se convirtieron en su válvula de escape. Se sorprendía a sí mismo sonriendo a la pantalla del móvil en medio de una reunión de trabajo. Se acostaba al lado de Sofia por la noche, con el cuerpo presente, pero la mente a kilómetros de distancia, intercambiando mensajes con Camila hasta tarde.

Estaba abandonando a la guía de su juventud —Sofia, la mujer con quien lo había construido todo— y olvidando la alianza que hizo ante Dios. Cada mensaje secreto era una pequeña traición, una piedra menos en los cimientos de su matrimonio.

Camila era la personificación de la fantasía. Nunca estaba cansada, nunca tenía ojeras, nunca discutía sobre el grifo que goteaba. Era un eco de sus deseos, validando sus frustraciones y aplaudiendo su ambición. Comenzó a construir una “casa” paralela en su mente y en su móvil. Una casa hecha de secretos, medias verdades y una intimidad robada.

Lo que no percibía era que esa casa se inclinaba hacia la muerte. La muerte de su alegría genuina, sustituida por una excitación ansiosa. La muerte de su paz mental, cambiada por la constante vigilancia para no ser descubierto. La muerte de su conexión con Sofia; sus ojos ahora evitaban los de ella, con miedo de que pudiera ver la mentira en ellos.

Un sábado, Sofia propuso un pícnic familiar, como en los viejos tiempos. En el parque, mientras sus hijas corrían por el césped, ella le tomó la mano.

“Te echo de menos, Marcos”, dijo ella, con voz suave. “Parece que estás aquí, pero no estás”.

Su móvil vibró en el bolsillo. Un mensaje de Camila. El corazón de Marcos se aceleró. Se sintió culpable y, al mismo tiempo, resentido. Estaba viviendo una doble vida, y el esfuerzo lo estaba destrozando.

Más tarde, en casa, mientras Sofia bañaba a las niñas, él fue al despacho para “resolver unas cosas del trabajo”. Abrió la conversación con Camila. Ella había enviado una foto, más atrevida que las anteriores, junto con el mensaje: “Pensando en ti”.

Miró la foto, y lo que debería ser excitante, de repente, le pareció vacío, triste. Escuchó la risa de su hija en el pasillo y el sonido de la voz de Sofia cantando una canción de cuna. Esa era su vida. La vida real, imperfecta, ruidosa, agotadora, pero suya. La vida que estaba cambiando por píxeles en una pantalla.

Entendió, con una claridad aterradora, que la casa de ecos que construyó con Camila no tenía futuro. Era un camino que solo llevaba hacia abajo, hacia la pérdida de todo lo que realmente importaba. Ninguno de los que entran por esa puerta, se dio cuenta, regresa sin cicatrices profundas. Muchos, nunca regresan.

Con manos temblorosas, escribió: “Camila, no podemos seguir hablando. Lo que estoy haciendo está mal. Amo a mi esposa”.

Bloqueó el contacto. Borró el historial. La sensación no fue de pérdida, sino de liberación, como un prisionero que finalmente ve abrirse la puerta de su celda.

Salió del despacho y fue a la habitación de las hijas. Se sentó en el suelo, observando a Sofia peinar el cabello de la más pequeña. El amor que sintió en ese momento era tan real, tan palpable, que dolía. No dijo nada, pero Sofia lo miró y, por primera vez en mucho tiempo, vio a su marido de vuelta. Entero. Presente.

El camino de regreso no sería fácil. Había causado fisuras que necesitarían tiempo y verdad para ser reparadas. Pero había escapado. Había abandonado la casa que se inclina hacia la muerte, antes de que se derrumbara sobre él.

(Hecho con IA)

Este cuento es parte de mi libro Sabiduría Diaria

https://books2read.com/u/bpPxxE

lunes, 1 de septiembre de 2025

La semilla

Una semilla podemos semejar,

Echamos en la tierra para germinar.

Antes de aquella semilla nacer,

Primero, ella va a morir.


Después de morir, ella va a renacer,

Será una planta y mucho va a crecer.

Hasta de la más pequeña semilla,

Un gran árbol podemos tener.


Dios planta una semilla en nuestro corazón,

Es la semilla de su amor y perdón.

En nuestro corazón, ella empieza a florecer,

Creamos la conciencia de nuestro pecado,

Y paramos de hacer lo que es errado.


Sobre el pecado, no más deseamos saber,

La gloria de Dios en nuestra vida va a crecer.

La luz de Dios sobre nosotros está brillando,

Y a cada día, nuestras ramas se están renovando.


El Señor vierte sobre nosotros el agua viva,

Y cada vez, crecemos con más vida.

Nuestra vida, el pecado, ya no puede más sofocar,

En nuestras vidas, la mano de Dios siempre actuará.


Después del árbol crecer, se debe multiplicar,

Debemos echar las semillas de Dios en nuevas tierras.

Para que más árboles pueden germinar,

Nuevas personas van a nacer y fructificar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.

Presentación

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Dios bendiga a todos. He creado este blog con la intención de publicar mis poemas inspirados por Dios a través de su Espíritu Santo, que act...