A veces, soy burlado,
Me llaman loco, fanático, idiota.
No me importa nada de eso.
Pues con el Señor, tengo un compromiso.
Debo mi alabanza y gloria a Dios,
Solamente Él es mi único Salvador.
Dedico a Él todo mi clamor,
Confío en su providencia y favor.
En el camino de Dios, yo sigo feliz,
Obedeciendo a sus mandamientos y leyes.
Esforzándome para siempre complacerlo.
Esperando el regreso del Rey de los reyes.
¡Jesús! Que nos vendrá a salvar.
¡Yo te quiero, Señor mío!
Espero el regreso que prometió.
Guíame siempre hasta el día llegar,
Pues contra mí, muchos se van a levantar.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.
Vea el libro:
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