jueves, 25 de abril de 2024

Pero Dios

Soy muy débil,

Pero Dios está conmigo.

Yo nada puedo hacer,

Pero Dios todo puede hacer.

 

Todo parece imposible,

Pero Dios hace todo posible.

No hay salida en mi camino,

Pero Dios crea un nuevo camino.

 

Yo no puedo superar mi situación,

Pero Dios puede vencer cualquier ocasión.

Mi angustia me está debilitando,

Pero Dios me está fortaleciendo.

 

Todo parece estar en contra de mía,

Pero Dios está a mi lado y lucha por mi vida.

No sé lo que debo hacer,

Pero Dios me dice lo mejor a hacer.

 

Tengo muchas incertidumbres,

Pero Dios tiene todas las certidumbres.

No sé lo que pasará,

Pero Dios siempre me protegerá.


Este poema es parte del libro Palabras de fe.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3162v6

domingo, 14 de abril de 2024

Amigos

Hay gente importante y especial que pasa por nuestras vidas,

Están siempre con nosotros, nos ayudan, como alguien de la familia,

Para ellos no hay tiempo ni momento malo que no puedan ayudar,

Podemos contar con ellos siempre, pues nunca nos van a desamparar.


Esta gente verdaderamente puede ser llamada de amigo,

Pues no se importan si está bien ni malo, están siempre contigo.

Los verdaderos amigos no se interesan por lo que tiene,

Solo se interesan si usted está feliz y si está bien.


Conseguir verdaderos amigos es una tarea difícil y complicada,

Es como encontrar oro fino en medio de la tierra que va siendo lavada.

Un verdadero amigo es como tesoro que no puede ser comprado,

Porque el valor de una amistad verdadera no se puede ser calculado.


Siempre ayude a la gente que considera ser tus amigos,

Siempre que necesiten de ayuda, hágales todo lo posible.

Esté feliz cuando tus amigos logren alguna conquista,

Sea una bendición en sus vidas, sea el motivo de su alegría.


Y recuerde que hay un óptimo amigo que siempre podemos contar,

Es un amigo increíble, maravilloso, perfecto y a tu lado está.

Este amigo es Jesucristo, y en todos los momentos tiene placer en ayudar,

Basta que usted confíe en Él, así, a tu lado siempre permanecerá.


Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Bendición sin fin

¿Ya has pensado en la bendición permanente de Dios?

Sé que eso parece demasiado increíble para creer, y, de hecho, lo es, porque es una bendición que no tiene comienzo ni fin.

La bendición permanente es la bendición de Dios que está todos los días sobre nuestras vidas; es el favor que nos da la vida, nos protege, nos lleva y nos trae a nuestros hogares, nos libra de las enfermedades, nos da fuerzas para superar las malas estaciones de la vida, nos da sabiduría e inteligencia para solucionar los problemas, por fin, son múltiples bendiciones pasando al mismo tiempo, cada una dada especialmente para un área de la vida.

Dios nos envía lo que necesitamos en la hora exacta que lo necesitamos. Aunque la situación parezca caótica y sin sentido, la bendición permanente está allí con nosotros.

¿Y cuál es el propósito de esta bendición?

El Señor nos da esta bendición para que podamos crecer, desarrollarnos y convertirnos en todo aquello que Él nos ha creado para ser.

Dios nos ha creado para hacer cosas grandes y esto toma tiempo, por eso, Él nos agracia con la bendición permanente; el Señor nos está perfeccionando a diario, extendiendo su mano para que subamos un peldaño más, rumbo al futuro que el Dios Todopoderoso ha diseñado para cada uno.

¡No desistas! ¡No te rindas! La bendición permanente siempre estará contigo.

Lamentaciones 3:22-23 (NVI)

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

martes, 27 de febrero de 2024

Siempre presente

Durante la vida creamos una percepción equivocada sobre lo que significa estar bajo la protección de Dios. Somos enseñados que la cobertura divina nos librará de todas las malas situaciones y nada malo nos pasará.

Sin embargo, a lo largo de la vida, vivimos muchas cosas que nos molestan y entristecen. Sufrimos con desilusiones, traiciones, injusticias, sentimos dolor físico y en el corazón, parece que todo lo que podría salir mal nos sucede.

En estos momentos, nos cuestionamos si Dios realmente está con nosotros; cuestionamos si estamos bajo su protección y bendición. Todo el escenario indica que estamos viviendo a solas y nadie cuida nuestros pasos.

Antes de concluir que estamos solos, debemos bucear en la Palabra de Dios y comprender como Él actuó en la vida de sus hijos amados.

En el libro de Génesis, vemos como Dios estuvo con José en toda su vida, el joven enfrentó la envidia de sus hermanos, la esclavitud y la cárcel. En cada sitio donde estuvo, Dios le mostró su gracia. José terminó su vida como el segundo hombre más importante de Egipto, el responsable de salvar la nación durante el tiempo del hambre.

En el libro del Éxodo, vemos cómo Dios cuidó del pueblo de Israel en el desierto, proveyéndoles agua, comida, sombra durante el día y luz y calor durante la noche. El pueblo fue llevado a la Tierra Prometida, donde disfrutaron de hartura en todo.

En el libro de Daniel, vemos como Dios salvó los amigos de Daniel en el horno en llamas, Él envió un ángel que los protegió. Y Daniel fue echado en la fosa con los leones, y también fue protegido por un ángel enviado por Dios. Daniel y sus amigos eran respetados y admirados por el rey de Babilonia.

Todas estas historias tienen algo en común: la gente fue socorrida por Dios en medio de sus desgracias. Todo parecía perdido, pero Dios los salvó y llevó a la bendición. El Señor estuvo con cada uno de sus hijos en sus peores momentos.

Entonces, debemos aferrarnos a esta misma fe, creyendo que Dios está con nosotros aun cuando todo sea un caos y parezca nuestro fin. El Señor está a nuestro lado fortaleciéndonos y guiándonos hacia la victoria.

Isaías 43:2 (NIV)

Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.

lunes, 19 de febrero de 2024

Nunca te olvides

La vida moderna nos brinda muchos desafíos diariamente; son muchas tareas, compromisos, notificaciones, llamadas, mensajes, correos electrónicos, por fin, todo quiere nuestra atención todo el tiempo. Y en medio de este caos, ¿dónde queda la palabra de Dios y sus mandamientos?

No es raro dejar la lectura y la meditación para después. Siempre decimos que estamos muy ocupados en aquel momento y no podemos detenernos para la lectura bíblica y la oración. En parte, esto es verdad, hay muchos momentos que nadie puede parar lo que está haciendo.

Sin embargo, no podemos dejar que el océano de tareas nos ahogue y mate nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios. Aunque haya mucho que hacer, tenemos que “reservar” un horario en nuestra agenda para el Señor, un tiempo de paz y calma, donde estaremos a solas con Dios.

Uno puede comenzar con un rato, tal vez diez o quince minutos del día, en un sitio privado. Si es posible, con una canción relajante para calmar la mente; busca un texto de aliento en Salmos o un consejo en Proverbios. Reflexiona en el texto y habla con el Señor de todo el corazón. No te preocupes con palabras bonitas ni con decir algo equivocado. Lo más importante es abrir tu corazón delante de Dios.

Estoy seguro de que este momento transformará tu día y tu vida. Habrás creado una conexión personal, directa y continua con Dios. Haga tu mejor esfuerzo y ve la transformación.

Jeremías 29:12-13 (NVI)

Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón.

domingo, 11 de febrero de 2024

Recuerda tus mejores días

 

Todos tenemos días buenos y días malos. Momentos cuando todo corre perfectamente sin ningún problema, y momentos cuando todo está fuera de control, no tenemos paz, y nada funciona.

No sé por qué estos malos días son los únicos que recordamos a menudo. No es una broma; esto es real. Si comenzamos a compilar nuestros sucesos, recordaremos más de las situaciones desagradables que de las buenas. Nuestras mentes parecen tener un espacio especial para desgracias, errores, heridas, decepciones, infortunios, etc.

¿Cuáles son las consecuencias de almacenar estos recuerdos?

Nos acostumbramos a pensar y esperar lo peor de todo y todos; no conseguimos esperar nada bueno en nuestro destino. Siempre que estamos esperando una respuesta, estamos seguros de que será negativa. No podemos confiar en nadie porque suponemos que nos van a herir. Sentimos que somos incapaces, comunes, derrotados y abandonados.

Todas estas emociones negativas hacen nuestra vida agria y limitan nuestra visión. De hecho, no podemos hacer nada bueno porque decidimos que no merecemos y que aquello no pasará.

Es la hora de cambiar tu mente. Remplaza tus recuerdos tristes con recuerdos felices; al envés de recordar de lo que no lograste, recuerda todos los regalos que Dios ya te dio. No des espacio en tu corazón para aquellos que te han herido; remuévalos y remplázalos con aquellos que te aman y cuidan de ti. Olvida la tristeza de un fracaso en tu pasado y medita solo en las lecciones que has aprendido.

Con estas decisiones simples, puedes crecer y convertirse en todo lo que el Señor te ha creado para ser: bendecido, fuerte, increíble, un hijo victorioso del Dios Altísimo.

Salmo 77:11-12 (NVI)

Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño. Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas.


domingo, 28 de enero de 2024

No esperes, ¡actúa!

 

Muchas cosas se pueden levantar contra nosotros y frustrar nuestros planes. Muchos contratiempos pueden surgir y nos desanimar. La oposición nos desanima y nos hace dudar de nuestra capacidad y fuerzas para continuar.

Además de todo lo que puede estar en contra de nosotros, algunas veces, nosotros mismos estamos luchando contra la búsqueda y cumplimiento de nuestros sueños. Sé que puede parecer extraño y la primera respuesta sería:

“No estoy en contra de mis sueños. Lucho por ellos, hago mi mejor esfuerzo.”

Generalmente, esto es verdad. Hacemos nuestro mejor esfuerzo por nuestros sueños. Sin embargo, ni siempre estamos realmente actuando. A veces, estamos esperando una condición perfecta para comenzar. Vislumbramos un futuro brillante, pero no actuamos para lograrlo. Posponemos la acción, siempre decimos cosas como:

“Ahora no es el momento ideal.”

“Mañana todo estará mejor, estaré más dispuesto.”

“Voy a empezar la semana que viene.”

“El año que viene todo será diferente.”

El comienzo va siendo postergado, pospuesto, retrasado y por fin, nunca sucede. Cargamos una montaña de arrepentimientos e imaginamos cómo todo podría ser diferente si hubiéramos actuado; cómo estaríamos mejores si hubiéramos empezado…

No cargues arrepentimientos por lo que te gustaría hacer; aprende lecciones valiosas haciendo y errando. Haga, yerra, haga de nuevo, acierta. El dolor de la tentativa y error es mucho menor que el dolor de un corazón frustrado por no haber actuado.

Eclesiastés 11:4 (DHH)

Esperar el clima perfecto nunca permitirá la siembra; y creer que lloverá todo el tiempo impedirá que se recojan las cosechas.

Presentación

Presentación

Dios bendiga a todos. He creado este blog con la intención de publicar mis poemas inspirados por Dios a través de su Espíritu Santo, que act...