Durante la vida creamos una percepción equivocada sobre lo que significa estar bajo la protección de Dios. Somos enseñados que la cobertura divina nos librará de todas las malas situaciones y nada malo nos pasará.
Sin embargo, a lo
largo de la vida, vivimos muchas cosas que nos molestan y entristecen. Sufrimos
con desilusiones, traiciones, injusticias, sentimos dolor físico y en el
corazón, parece que todo lo que podría salir mal nos sucede.
En estos
momentos, nos cuestionamos si Dios realmente está con nosotros; cuestionamos si
estamos bajo su protección y bendición. Todo el escenario indica que estamos
viviendo a solas y nadie cuida nuestros pasos.
Antes de concluir
que estamos solos, debemos bucear en la Palabra de Dios y comprender como Él
actuó en la vida de sus hijos amados.
En el libro de
Génesis, vemos como Dios estuvo con José en toda su vida, el joven enfrentó la
envidia de sus hermanos, la esclavitud y la cárcel. En cada sitio donde estuvo,
Dios le mostró su gracia. José terminó su vida como el segundo hombre más
importante de Egipto, el responsable de salvar la nación durante el tiempo del
hambre.
En el libro del
Éxodo, vemos cómo Dios cuidó del pueblo de Israel en el desierto, proveyéndoles
agua, comida, sombra durante el día y luz y calor durante la noche. El pueblo
fue llevado a la Tierra Prometida, donde disfrutaron de hartura en todo.
En el libro de
Daniel, vemos como Dios salvó los amigos de Daniel en el horno en llamas, Él
envió un ángel que los protegió. Y Daniel fue echado en la fosa con los leones,
y también fue protegido por un ángel enviado por Dios. Daniel y sus amigos eran
respetados y admirados por el rey de Babilonia.
Todas estas
historias tienen algo en común: la gente fue socorrida por Dios en medio de sus
desgracias. Todo parecía perdido, pero Dios los salvó y llevó a la bendición.
El Señor estuvo con cada uno de sus hijos en sus peores momentos.
Entonces, debemos
aferrarnos a esta misma fe, creyendo que Dios está con nosotros aun cuando todo
sea un caos y parezca nuestro fin. El Señor está a nuestro lado
fortaleciéndonos y guiándonos hacia la victoria.
Isaías 43:2
(NIV)
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
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