Muchas cosas se pueden levantar contra nosotros y
frustrar nuestros planes. Muchos contratiempos pueden surgir y nos desanimar.
La oposición nos desanima y nos hace dudar de nuestra capacidad y fuerzas para
continuar.
Además de todo lo que puede estar en contra de nosotros,
algunas veces, nosotros mismos estamos luchando contra la búsqueda y
cumplimiento de nuestros sueños. Sé que puede parecer extraño y la primera
respuesta sería:
“No estoy en contra de mis sueños. Lucho por ellos, hago
mi mejor esfuerzo.”
Generalmente, esto es verdad. Hacemos nuestro mejor
esfuerzo por nuestros sueños. Sin embargo, ni siempre estamos realmente
actuando. A veces, estamos esperando una condición perfecta para comenzar.
Vislumbramos un futuro brillante, pero no actuamos para lograrlo. Posponemos la
acción, siempre decimos cosas como:
“Ahora no es el momento ideal.”
“Mañana todo estará mejor, estaré más dispuesto.”
“Voy a empezar la semana que viene.”
“El año que viene todo será diferente.”
El comienzo va siendo postergado, pospuesto, retrasado y
por fin, nunca sucede. Cargamos una montaña de arrepentimientos e imaginamos
cómo todo podría ser diferente si hubiéramos actuado; cómo estaríamos mejores
si hubiéramos empezado…
No cargues arrepentimientos por lo que te gustaría hacer;
aprende lecciones valiosas haciendo y errando. Haga, yerra, haga de nuevo,
acierta. El dolor de la tentativa y error es mucho menor que el dolor de un
corazón frustrado por no haber actuado.
Eclesiastés
11:4 (DHH)
Esperar el clima perfecto nunca permitirá la siembra; y creer que lloverá todo el tiempo impedirá que se recojan las cosechas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario