domingo, 14 de enero de 2024

Mira el espectacular

Algunas cosas nos impresionan y fascinan, pues su existencia parece increíble y espectacular. Son cosas que nos dan la sensación de grandeza, poder y misterio…

Miramos la naturaleza y quedamos maravillados con el tamaño de los grandes animales, quedamos asombrados con el gigantesco océano o un interminable desierto. Y aún más deslumbrados al pensar en el cieno, en las estrellas y en el universo.

Y si tuviéramos nuestros corazones y mentes abiertos, también notaremos la grandeza, el poder y el misterio en cosas mínimas.

Miramos nuestras manos y vemos las huellas digitales. Un diseño único e inigualable que no se repite en ninguna persona (viva, que ya vivió o que vivirá). Las pequeñas hormigas que pueden cargar objetos mucho más pesados que ellas. Y las abejas que tienen un ingenioso proceso de producción de miel.

Nuestra visión debe estar abierta a los pequeños grandes milagros que vivimos diariamente: despertar, regresar a casa al final del día, tener alimento, tener una casa…

Muchas son las bendiciones que recibimos de Dios, pero, a veces, olvidamos su valor. Buscamos ciegamente el espectacular, el fantástico, el inimaginable, y despreciamos lo que está delante de nuestros ojos.

Cada una de las dádivas del Señor debe ser tratada con la más alta estima y apreciación, pues son ellas las que nos mantienen y ayudan a alcanzar milagros cada vez mayores.

Salmo 23:6

La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre.

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