jueves, 13 de febrero de 2025

El cambio de un desobediente

Al principio, no tenía ninguna obediencia,

Para cambiar, hubo mucha lucha y persistencia.

Al comienzo, tu voluntad no quise aceptar,

Elegía mis propios caminos para andar.

Pensaba que, así, mi vida iba a mejorar.


Tu camino parecía ser tan estrecho,

Sentía que no pasaría con mi estilo.

Mi estilo es ser libre y sin obligación,

En nada serio jamás até mi corazón.

La sumisión me parecía una humillación.


No entendía cómo tanta gente te seguía,

Personas que te buscaban todos los días.

Para ellos, no había ningún tipo de barrera,

Si era preciso, oraban una noche entera.

En mi mente, todo eso era una tontería.


¿Obedecer a alguien que ni siquiera estoy viendo?

¿Creer en la palabra que un libro está prometiendo?

Mirándolo desde mi lógica, parecía una inutilidad,

No lograba creer que todo aquello era la verdad.

Nunca me acostumbraría a ese tipo de realidad.


En el momento más elevado de mi incredulidad,

El Señor me mostró la maravilla de su verdad.

El Dios Todopoderoso me mostró su gran amor,

Fue conversión a primera vista, entendí que Él me salvó.


Durante mucho tiempo, Dios ya estaba en mi camino,

Él nunca me había dejado caminar solo.

Por más distante de Él que yo pudiera estar,

El Señor estaba conmigo para del mal, me salvar.


Un día, este gran amor, finalmente, lo comprendí,

Un cambio definitivo en mi vida, decidí.

A partir de ese momento, con Dios iba a andar,

Y de sus caminos, nunca más, me iba a apartar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VII.

jueves, 6 de febrero de 2025

El desprendimiento y el regreso

El principio de la jornada, todo era muy diferente,

Deseaba hacer todo el trabajo espontáneamente.

No había necesidad de nadie demandarme,

No había necesidad de nadie llamarme.

Siempre estaba a la disposición para hacer toda obra,

Yo tenía amor y dedicación de sobra.

 

El tiempo pasó, y mi interés disminuyó,

No veía mi trabajo como algo necesario y útil.

Pensaba que había otras personas para ejecutarlo,

Pensaba que era solo uno más; no era necesario.

Aléjeme de todos mis trabajos y obligaciones,

Fui a buscar otras oportunidades, otras opciones.

 

Cada momento, yo estaba más lejos del Señor,

Cada día que pasaba, más alejado de su amor.

Mis labios ya no cantaban más de su alabanza,

Mi vida ya no reflejaba su gloria, esplendor y grandeza.

No había diferencia entre el sagrado y el profano,

No había distinción entre el espiritual y el mundano.


Este poema es parte del libro Palabras de fe.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3162v6 

jueves, 30 de enero de 2025

Días malos

Algunas veces, el mundo parece tan triste, tan injusto, tan atemorizador,

Es difícil ver algo que sea bueno, vemos mucho sufrimiento y terror.

De todas maneras posibles, vemos a la gente siendo masacrada,

Como si fueran despreciables, como si sus vidas no valiesen nada.


Observamos injusticias que se acumulan cada vez más a cada momento,

Vemos como la justicia está deturpada, en grave proceso de pudrimiento.

Aquellos que deberían hacer justicia piensan en su lucro y beneficio,

No dictan sentencias justas, tuercen el derecho y dejan a todos en el suplicio.


Todos perecen a la merced de las autoridades criminales, corruptas e indignas,

Y a causa de eso, la vida de todos es ardua, penosa y siempre sufrida.

¿Hasta cuándo podremos aguantar y vivir presos en este sistema opresor?

¿Hasta qué punto podemos soportar este mundo tan caótico y sin amor?


Parece que no hay nada que podamos hacer para cambiar esta situación,

Parece que todo ya está perdido y ninguna lucha va a generar la transformación.

Pero mismo en medio a tantas cosas, la esperanza no se puede perder,

Tenemos que creer en días mejores, días más justos van a acontecer.


Estos días no van a ocurrir por causa de la voluntad ni bondad de alguien,

Días mejores vendrán por causa de Aquel que gran amor por nosotros, tiene.

Porque, aunque los días sean de densas tinieblas y gran oscuridad,

La luz de Dios que brilla más que mil soles y cambia cualquier realidad.


Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.

jueves, 23 de enero de 2025

María y Elisabet

María nunca pidió ser adorada,

Ella solo cumplió la misión que le fue dada.

María llevó al Hijo del Dios Vivo,

Fue la escogida para ser la madre de Cristo.


Dios escogió a María, para Él exaltarse,

Demostrando el milagro que iba a operar.

Cumpliendo lo que fue dicho antes como profecía,

Que, de una virgen, el Salvador vendría.


Casi al mismo tiempo, otro milagro sucedió,

La prima de María, Elisabet, también concibió.

Ese embarazo fue decretado por el Señor,

Nacería Juan Bautista, el gran predicador.


En dos mujeres, el Señor hizo el milagro,

Las dos reconocieron su poder y bondad.

Incluso siendo tan ricamente bendecidas,

Ninguna de ellas pedía ser engrandecida.


Ellas siempre supieron que eran un instrumento,

Y para ellas no se haría ningún monumento.

Su enfoque era hacer la voluntad del Señor,

Educando y criando humanamente al Salvador.


En el tiempo cierto, los dos niños nacieron,

Con sus madres, ambos crecieron.

Jesús y Juan Bautista sabían de su misión,

Traer a este mundo una nueva conversión.


Las madres de los dos no fueron más citadas,

Siendo entendido que no fueran adoradas.

Ellas cumplieron su papel delante del Señor,

Y le dieron a Dios toda la alabanza por su favor.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VII.

jueves, 16 de enero de 2025

Una súplica a Dios

¡Oh, Dios! Quiero someterme a tu voluntad,

Escribe en mi corazón la Palabra de la verdad.

Háblame, muéstrame el camino que siempre debo seguir,

Dame fuerzas, Padre, para en todo momento resistir.

Que siga solo la verdad, sin desistir.


El camino es arduo, y en ti quiero siempre confiar,

Tu palabra siempre me da fuerzas para acreditar.

¡Oh, Dios! Ayúdame a tener fuerzas para siempre buscarte,

Sostén mi mano para no caer ni desanimarme.

Quiero seguir tu camino y jamás desviarme.


Todos los días, hay cosas que intentan derribarme,

Pueden ser palabras o ideas; todo para retrasarme.

Muchas veces los errores están dentro de tu casa,

Porque hay muchos que huyen de tu santa Palabra.


Ayúdame, Señor, a huir de todo tipo de herejía,

Que yo siempre tenga un gran amor por la Biblia.

¡Oh, Dios! Dame fuerzas para adorar tu nombre,

Que tu Espíritu Santo me muestre la forma de alabarte.

Una adoración pura y sincera para agradarte.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VI.

jueves, 9 de enero de 2025

Orgullo

Mucha gente solo piensa en exaltarse,

Por encima de todos, ellos quieren quedarse.

Son gente que vive para su propia exhibición,

Cosas mejores que todos, es su ambición.


Todo ese deseo no es para su vida mejorar,

La persona solo desea que ella se pueda mostrar,

Ella ve a alguien con algo y desea tener el mejor,

Ella ve a alguien superior y desea ser mayor.


En todo, la persona desea tener y ser más,

Solo la superioridad la satisface.

Ella está ciega en toda su presunción,

Un orgullo loco contaminó el corazón.


Ese orgullo maligno la hace todo desear,

Todo lo que ve, ella quiere conquistar.

Sobre su vida, muchos males, ese deseo traerá,

Pues a cualquier costa, ella se quiere elevar.

No importa si alguien se va a perjudicar.


De toda la humildad, la persona se olvidó,

Todo su corazón ya se ensoberbeció.

La superioridad maligna ya se engrandeció,

Hasta de Dios, la persona se olvidó.


Delante del Señor, ella no puede postrarse,

Pues está acostumbrada a elevarse.

Ella no más sabe lo que es la sumisión,

Acerca de la inferioridad, ella no tiene noción.


Esa persona necesita de gran liberación,

Quitando de su ser toda la presunción.

Aprendiendo que su orgullo exagerado debe parar,

Y delante del Señor, ella se debe humillar.


Comprendiendo que la vida no se resume a los éxitos,

Aprender que los humildes, por Dios, serán exaltados,

Y que los exaltados, por Él, serán humillados.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen V.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/4NDwz9

jueves, 2 de enero de 2025

Naamán

Naamán fue un hombre valioso,

Era respetado por todo el pueblo.

Él fue un héroe valiente en la guerra,

Para su rey, él conquistó muchas tierras.


Pero él tenía una gran aflicción,

Una enfermedad vista como maldición.

En su cuerpo él cargaba la lepra.

Una enfermedad terrible para la época.


Su sierva le dijo para ir hacia Eliseo,

Pues este era el profeta de Dios.

Para las tierras de Israel, él viajó.

El profeta Eliseo, Naamán, lo visitó.


Naamán no fue recibido como esperaba,

Por él, el profeta ni mismo salió de casa.

A través de su siervo, un mensaje ha sido dado,

Diciendo lo que Naamán haría para ser curado.


En el sucio río Jordán, siete veces, él bucearía,

Solo así su terrible lepra sanaría.

Él no quería aceptar la orden que el profeta dio,

Pero su siervo insistió y lo convenció.


En el río Jordán, Naamán se lavó,

De toda aquella lepra, él se purificó.

El poder de Dios, Naamã reconoció,

Y un regalo al profeta, él ofreció.


Todos los regalos, Eliseo recusó,

Eliseo tenía su placer en el Señor.

Naamán dijo estar convertido,

Y se arrepintió de todos sus malos caminos.

Él serviría solo al Dios Vivo.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mYzAYM

Presentación

Presentación

Dios bendiga a todos. He creado este blog con la intención de publicar mis poemas inspirados por Dios a través de su Espíritu Santo, que act...