¡Oh, Dios! Quiero someterme a tu voluntad,
Escribe en mi corazón la Palabra de la verdad.
Háblame, muéstrame el camino que siempre debo seguir,
Dame fuerzas, Padre, para en todo momento resistir.
Que siga solo la verdad, sin desistir.
El camino es arduo, y en ti quiero siempre confiar,
Tu palabra siempre me da fuerzas para acreditar.
¡Oh, Dios! Ayúdame a tener fuerzas para siempre buscarte,
Sostén mi mano para no caer ni desanimarme.
Quiero seguir tu camino y jamás desviarme.
Todos los días, hay cosas que intentan derribarme,
Pueden ser palabras o ideas; todo para retrasarme.
Muchas veces los errores están dentro de tu casa,
Porque hay muchos que huyen de tu santa Palabra.
Ayúdame, Señor, a huir de todo tipo de herejía,
Que yo siempre tenga un gran amor por la Biblia.
¡Oh, Dios! Dame fuerzas para adorar tu nombre,
Que tu Espíritu Santo me muestre la forma de alabarte.
Una adoración pura y sincera para agradarte.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen VI.
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