Las redes sociales son muy poderosas,
Su capacidad de alcance es grandiosa.
Todas las cosas van a todos los lugares,
Esas redes facilitaron la manera de comunicarse.
En todas las redes, el cristiano está,
Pero ni siempre él consigue evangelizar.
De maneras distintas, él puede comportarse,
Haciendo cosas para avergonzarse.
Unos adoran las muchas publicaciones indirectas,
Pero nunca hablan con la persona correcta.
Esparcen a toda la gente su rabia y decepción,
Ellos se quedan nutriendo guerras en su corazón.
Otros escriben todo sin pensar,
Comparten abiertamente lo que desean hablar,
Ellos se olvidan de que Dios mandó cuidarse al hablar,
El mandamiento también es válido para publicar.
Hay gente que desea vivir en la exaltación,
Publican en la red cada acción.
Ellos publican hasta la más íntima oración,
Porque desean aplausos y admiración.
Finalmente, hay los cristianos de la hipocresía,
Adoran publicar muchas frases y mensajes,
Pero ellos no los aplican en sus vidas.
Son religiosos para toda la red ver,
Pero del pecado, no quieren arrepentirse.
Esos comportamientos tienen que acabar,
Las redes deben ser usadas para evangelizar,
No para se promover ni escandalizar.
A través de ellas, muchos se van a salvar,
Solo depende de lo que cada uno va a publicar.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen V.
Vea el libro:
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