No se puede dar algo a quien ya tiene todo,
No se puede negociar con el dueño del mundo.
Con Dios, no se puede regatear,
Todo lo que ofrezcamos, Él ya poseerá.
Para alguien ganar algo del Señor,
Uno necesita esperar la voluntad del Padre y su favor.
Solo Dios sabe el momento cierto para regalar,
Mismo con muchos sacrificios no se puede acelerar.
El tiempo para cada bendición está determinado,
Solo Dios sabe el momento adecuado.
Un momento que el hijo no será perjudicado,
Y del camino correcto, él no será desviado.
Hay un sacrificio que el Señor aceptará,
La vida terrenal, cada uno puede sacrificarla.
Cada uno debe tener en su corazón la humildad,
Siguiendo a Cristo y respetando su voluntad.
Este es el más gran sacrificio del ser humano,
Siguiendo a Dios, y siempre santificándose.
Obedeciendo y siendo agradable al Señor,
Siendo fiel en todo y anunciadores de su amor.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.
Vea el libro:
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