Estoy aquí y te voy a adorar,
Porque sé que mi vida va a cambiar,
Con todo el mal, Él va a acabar,
Y la felicidad y la alegría van a reinar.
¡Jesucristo es mi Señor!
Él me ama y trátame con mucho amor,
Jesús desea mi alabanza.
Yo abro mi boca y hago un clamor:
¡Jesucristo es mi Señor!
A mi lado, Jesús siempre está,
Para verme y mi camino guiar.
Pues Él sabe la mejor dirección para andar,
Él está conmigo, y hacia lo mejor me va a llevar.
En Jesús deposito mi fe,
Y Él siempre me mantiene de pie.
Hacerme feliz y salvar mi alma es lo que Él quiere,
Hacia mí, Dios está mirando.
Oyendo a mi voz cuando estoy orando,
Él sabe lo que estoy buscando.
Y mi vida, Él está transformando.
En mi vida, dejo Dios actuar,
Y todo el mal, Él va a alejar.
Pues el Espíritu Santo me va a cubrir.
El Espíritu Santo actúa de manera especial,
Él cúbreme con su manto y líbrame del mal.
Quedo protegido de una manera sensacional,
Y sigo amando a Dios de una manera incondicional.
Este poema es parte del libro Poesías diversas volumen I.
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