La vida siempre nos da opciones y caminos para escoger.
A veces, son tantas que es difícil sola una selección hacer.
Muchas opciones son bellas, pareciendo ser muy atractivas,
Algunas parecen encajar perfectamente en nuestra vida.
Es una opción que parece que todos los problemas se van a resolver,
Y después de escogerla, ningún inconveniente vamos a tener.
Todo será resuelto de forma perfecta, como en un truco de magia,
Y entonces quedaremos satisfechos, en aquella tranquilidad deseada.
Y después de la elección, luego, todo no ocurrió como el planeado.
Estamos en una situación peor, en la cual todo está equivocado.
Analizamos nuestra elección y parece que fue la peor alternativa posible,
Y olvidamos de que en otro momento la consideramos increíble.
En este momento, surge una gran tristeza y arrepentimiento,
Porque percibimos que entregamos la vida por un momento.
Y en este momento aprendemos una gran y valiosa lección,
No escoger lo que nos agrada, sino pedir a Dios la perfecta dirección.
Las direcciones de Dios para nuestras vidas conducen a óptimos caminos,
Porque Dios sabe el tiempo cierto para dar aquello que pedimos.
Él siempre nos bendice, de acuerdo con nuestra necesidad,
Providenciando lo que es necesario para obtener la verdadera felicidad.
Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.
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