Evangelio pleno

La predicación del evangelio debe ser plena,

No puede ser una predicación amena.

La predicación siempre debe decir la verdad,

No puede ser el evangelio de la felicidad.

Ese evangelio está basado en satisfacción,

Él desea solo agradar el corazón.

No se importa con el verdadero mensaje,

Cristo es dibujado con una nueva imagen.

Es la imagen del Jesucristo, el servidor,

Su función es solo dar su favor,

Él no es considerado el gran Salvador,

No piensan en su sacrificio y en su dolor.

El evangelio debe regresar al original,

El evangelio puro que salva al pecador mortal.

El evangelio que muestra Jesús crucificado,

El evangelio de la cruz para el perdón del pecado.

Ese tipo de evangelio tiene que ser resucitado.

Con ese mensaje, todos se pueden salvar,

Y sus caminos antiguos, la persona les dejará.

Dejando todo su egocentrismo tras,

Teniendo su enfoque de vida solo en Dios Padre.

El enfoque del evangelio de Dios es la salvación,

El enfoque del mensaje es el arrepentimiento y el perdón.

No hay otra manera de evangelizar,

Ese fue el mensaje que Jesús mandó predicar.

Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/4NDwz9

La viuda y Elías

Dios dijo que Elías debía partir,

Hacia otro lugar, él debía seguir,

Hacia donde una mujer lo iba a servir.

Él hizo según el Señor había dicho.

Cuando llegó a la tierra, una viuda, él encontró,

Un poco de agua él pidió y ella le entregó.

Elías entonces pidió alguna comida,

La mujer dijo que muy poco ella tenía,

Ella cocinaría para ella y su hijo y después morirían.

El profeta pidió a la viuda para le servir,

Diciendo que en todo Dios iba a suplir.

En las palabras del profeta, ella confió.

Y por mucho tiempo su comida duró.

Ha sido la demostración del sustento del Señor.

Con aquella mujer, el profeta quedó,

Y la vida de su hijo expiró.

Ella cuestionó al profeta Elías:

¿Usted vino a traer desgracia a mi vida?

¿Vino para quitarme lo que más me valía?

El profeta tomó el muchacho y oró:

Devuélvele la vida, ¡oh, Señor!

Aquel muchacho, el Señor resucitó.

La mujer vio que Elías era un enviado del Señor,

Y en nada más lo cuestionó.

Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mYzAYM

La palabra de Elías

La tierra de Israel estaba en pecado,

A los ídolos, mucho era sacrificado.

Con el Señor, ellos no se importaban,

Solo ante las abominaciones se curvaban.

El rey Acab era el mayor pecador,

Él hacía al pueblo desviarse del Señor.

Su mujer, Jezabel, en nada ayudaba,

Más abominaciones, ella aumentaba.

El profeta Elías, el Señor levantó,

Para el rey Acab, él dio un aviso del Señor:

En esta tierra ninguna lluvia caerá,

Hasta yo nuevamente orden

Elías fue al arroyo para se esconder,

Su alimento, los cuervos, venían a traer.

Después de un tiempo toda el agua secó,

Cumpliendo las palabras que Dios habló.

Todo el pueblo de Israel pudo comprobar,

Elías dijo lo que el Señor le mandó hablar.

Eso ha sido una señal para el pueblo volver a creer,

Que solo el Señor Dios tiene poder.

Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mYzAYM

Buen padre

Tenemos un padre con mucho amor,

Que es Dios, nuestro Señor.

Somos sus hijos amados,

Él siempre está a nuestro lado.

Solos, Él no nos deja caminar,

Él está siempre cerca para nos ayudar.

El camino, Él va a limpiar,

Toda suciedad y mal, Él va a quitar.

Cuando en algo yo errar,

Como un buen padre, Él me va a corregir,

La corrección no es para punir,

Es para que yo pueda evolucionar.

No hay razones para rebelarse,

Él solo desea enseñarte,

Un buen padre debe educar,

Cree, así, mejor será.

Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/mVY5e6

Liberado del pecado

Una pesada cadena estaba en mí,

Con ella, era muy difícil caminar.

Pensaba en seguir por muchos caminos,

Pero por dónde andaba, ella siempre me molestaba.

Parecía que yo era un esclavo.

Pero no era una esclavitud común.

Yo era un esclavo del pecado.

Eran muchos pecados que corroían mi vida.

Mi alma parecía estar herida.

Necesitaba urgentemente libertad.

Precisaba salir de aquella prisión de la maldad.

Muchos eran mis lamentos.

Y todos los días, nuevos sufrimientos.

Un día, vino mi soñada libertad.

El Señor vino hacia mí con la llave.

De mi prisión, Él me liberó.

Para mí, una nueva vida empezó.

De todo lo que era maldad, Él me liberó.

Ahora vivo bajo la protección del Dios de amor.

Aquel que de todos los males me liberó.

Con su brazo fuerte, Él me rescató.

Solamente Él, voy a adorar,

Pues solo su misericordia me pudo liberar.

Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

https://books2read.com/u/3LdEKw