domingo, 20 de agosto de 2023

Todos son iguales

Para Dios, todos son iguales,
Todos somos pecadores mortales.
No hay nadie que sea diferente,
Debemos tener eso en mente.

La gente, no debemos separar,
Ninguna persona, podemos juzgar.
Todos los hermanos, debemos aceptar.
Para juntos, al Señor adorar.

El Señor juzga solamente el corazón.
Juzgamos la apariencia del hermano,
Si tiene una buena presentación.
Lo ponemos en una buena posición.
Si parece pobre y mal vestido.
Queremos dejarlo casi escondido.

Haciéndolo, Dios no se va a agradar.
Él eligió a los pobres para exaltar.
Y nosotros, los débiles, los queremos humillar,
Haciendo ese favoritismo, Dios nos va a cobrar.

Tenemos que cambiar ese pensamiento,
Todos deben recibir el mismo tratamiento.
El Señor decidió que todos se pueden salvar.
Y su suprema orden, debemos aceptar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.


Vea el libro:

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