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sábado, 2 de diciembre de 2023

Respuesta al evangelio de la ostentación

Si usted piensa así, todo está equivocado,

Su corazón está completamente contaminado.

La verdad de Dios, usted no consigue mirar,

Piensa que ser cristiano es con Dios negociar.


Dios no acepta recompensa ni negociación,

La ofrenda que es dada debe ser de corazón.

El regalo más caro, Dios ya nos dio,

El Señor nos eligió y la salvación concedió.


Las ofrendas son para que las obras sean mantenidas,

Para que los ministerios crezcan y salven vidas,

Las ofrendas son para todas las cuentas pagar,

No son una moneda para negociar.


Esta ganancia demoníaca, usted debe abandonar,

Lo que Dios prometió al inicio, usted debe recordar.

Dios prometió que tu alma, Él iba a salvar,

Y no te prometió que todo te iba a entregar.


El propio Jesucristo ha sido un ejemplo de humildad,

Siendo el hijo de Dios, no tenía ninguna propiedad.

Por toda la tierra, solamente con sus pies, Él caminó,

Ni siquiera un burrito viejo, Él compró.


Los apóstoles no tenían casi nada,

Todos los seguidores de Jesús abandonaron sus casas,

Para ellos, lo que era esencial nunca faltó,

Todo lo que era necesario, el Señor providenció.


Usted no tiene derecho de a nadie humillar,

Todos son creaciones de Dios, y usted les debe ayudar.

Si no lo hace, su alma usted va a condenar,

El dios de este siglo en tu cuerpo va a habitar.


Si muere de esa manera, tengo pena de usted,

Pues sé que en el infierno de oro su alma va a perecer.

En aquel lugar, de todo usted podrá disfrutar,

Para “saciarse”, toda la eternidad, usted tendrá.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen III.

domingo, 20 de agosto de 2023

Todos son iguales

Para Dios, todos son iguales,

Todos somos pecadores mortales.

No hay nadie que sea diferente,

Debemos tener eso en mente.


La gente, no debemos separar,

Ninguna persona, podemos juzgar.

Todos los hermanos, debemos aceptar.

Para juntos, al Señor adorar.


El Señor juzga solamente el corazón.

Juzgamos la apariencia del hermano,

Si tiene una buena presentación.

Lo ponemos en una buena posición.

Si parece pobre y mal vestido.

Queremos dejarlo casi escondido.


Haciéndolo, Dios no se va a agradar.

Él eligió a los pobres para exaltar.

Y nosotros, los débiles, los queremos humillar,

Haciendo ese favoritismo, Dios nos va a cobrar.


Tenemos que cambiar ese pensamiento,

Todos deben recibir el mismo tratamiento.

El Señor decidió que todos se pueden salvar.

Y su suprema orden, debemos aceptar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.

Presentación

Presentación

Dios bendiga a todos. He creado este blog con la intención de publicar mis poemas inspirados por Dios a través de su Espíritu Santo, que act...