Todos cargamos muchos pensamientos,
Llevamos lo que aprendimos a lo largo de la vida.
Muchos pensamientos son buenos y nos ayudan,
Sin embargo, otros a menudo nos perturban.
Debemos sustituir los pensamientos nocivos,
Debemos sustituirlos por pensamientos victoriosos.
En lugar de decir: “No puedo hacer esto.”
Debes decir: “Sí, puedo hacerlo.”
En lugar de decir: “Siempre he vivido así.”
Debes decir: “Seré la mejor versión de mí.”
En lugar de decir: “Enfrentaré un día largo y difícil.”
Debes decir: “Gracias, Señor, estoy vivo.”
En lugar de decir: “¡Cómo ha sido terrible este día!”
Debes decir: “Gracias, Señor, superé este día.”
En lugar de decir: “¡Yo desisto! ¡Todo ha fallado!”
Debes decir: “Haré mi mejor esfuerzo y todo será arreglado.”
En lugar de decir: “Todo siempre tiene un final terrible.”
Debes decir: “Todo lo que haga tendrá un final increíble.”
En lugar de decir: “Esta enfermedad es parte de mí.”
Debes decir: “Esta enfermedad no pertenece a mí.”
En lugar de decir: “Nunca encontraré a la persona cierta.”
Debes decir: “Encontraré la persona perfecta.”
En lugar de decir: “Seguramente, esta crisis me afectará.”
Debes decir: “Estoy seguro de que Dios me protegerá.”
En lugar de decir: “Mi negocio no está funcionando.”
Debes decir: “Ya veo mi negocio prosperando.”
Si cambias tus pensamientos, todo será diferente,
Cambiarás tu actitud según lo que hay en tu mente.
Creerás en sí mismo y en el Señor,
Trabajarás y Dios le brindará su favor.
Este poema es parte del libro Palabras de fe.
Vea el libro:
No hay comentarios:
Publicar un comentario