Solo, ninguna persona puede cambiar,
Todos necesitan a Dios para ayudar.
Si estamos solos, nunca notaremos.
Sin Dios, los errores, no veremos.
El error es pensar que somos independientes,
Creer que se puede hacer lo que viene a la mente.
Creyendo que todo lo que se hace es correcto,
Pensando ser aquel que es más experto.
Pensando que el mundo es particular,
Que se puede hacer lo que interesar.
Pensando que nunca vamos a morir,
Siempre viven deseando se exhibir.
Viviendo así, estamos ciegos,
No percibimos nuestros errores.
Es necesario que Dios venga hacia nosotros,
Para que no pensemos solos.
En nuestro cuerpo, el Señor va a entrar,
En nuestro corazón, Dios va a hablar.
Podemos ver todo lo que existe,
Ver el cuánto la vida sin Él es triste.
Una semilla en nosotros, Dios va a plantar,
La semilla para nuestra vida cambiar.
Si permitimos, ella irá a brotar y crecer,
Y nuestra vida se va a transformar.
Las palabras de Dios, vamos a aceptar.
Sabremos que la verdad con Él está.
Entenderemos que somos un pueblo pecador,
Percibimos que somos dependientes del Señor.
Solo así el Señor nos podrá salvar.
Cuando los errores podamos confesar,
La misericordia de Dios nos va a perdonar,
Y para siempre, nuestra alma, Él va a guardar.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen IV.
Vea el libro:
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