Como un gran árbol, quiero crecer,
Una planta vistosa y maravillosa, quiero ser.
Que mis ramas se esparzan por todos los lados,
Y mi copa y tronco suban cada vez más altos.
Crecer es el deseo más profundo de mi corazón,
Es el pensamiento que domina mi imaginación.
A menudo busco el mejor suelo para seguir desarrollando,
Formas de expandir mi conocimiento, sigo buscando.
Busco fuentes de aguas puras constantemente,
Ellas suplirán mis necesidades permanentemente.
Hago mi mejor esfuerzo para llegar el éxito,
Pero no estoy creciendo, nada tiene efecto.
Después de cuidadosamente analizar mi situación,
Descubro que vivo en una triste condición.
Descubrí que no crezco porque estoy cercado,
No crezco porque estoy siendo sofocado.
Hay muchos grandes y viejos árboles perturbando,
Ellas habitualmente tratan de frustrar mis proyectos.
Ninguna de ellas apoya aquello que intento hacer,
Sin embargo, todas ellas critican cuando intento crecer.
Ellas dicen que el crecimiento no es para mí,
Dicen que nada cambiará y siempre estaré así.
Hace mucho que no hay sueños en esos árboles,
Ahora su misión es tratar de desanimarme.
No puedo oírlas, no puedo parar mi lucha,
Necesito un rescate, una excepcional ayuda.
Y esa ayuda maravillosa vendrá de aquel me creó,
Recibiré la ayuda del jardinero, la ayuda del Señor.
Dios va a abrir el camino para mi crecimiento,
Quitando todas las sombras que me estaban cubriendo.
El Señor siempre cree en aquello que puedo hacer,
Él siempre bendice mi camino para algo bueno suceder.
Así como el jardinero, Dios cuidó de su creación,
Abrió espacio y me hizo crecer con su bendición.
Aprendí que debo confiar y creer solo en el Señor,
Él es el único que me regala con el verdadero amor.
Dios es el único que siempre me ayudará,
Con Él, mi crecimiento nunca parará.
Este poema es parte del libro Palabras de fe.
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