Diariamente, los animales salen de sus escondites para buscar su sustento. Cada uno de ellos sabe que deberá hacer su mejor esfuerzo para obtener aquello que desea. Sin embargo, durante esta búsqueda, lo inesperado puede suceder.
Él puede no encontrar lo que buscaba. Otro animal puede
tomar su objetivo o perturbarlo. O entonces, puede encontrar menos de lo
esperado.
La forma de actuar de los animales nos trae algunas
reflexiones muy interesantes. No les importa las noticias de la economía ni de
la política, ni se preocupan por lo que está fuera de su alcance.
Si algo sale mal o si son agraviados, no se vengan ni
alteran su carácter para responder a la situación. Permanecen fieles a aquello
que fueron creados para ser.
También no se preocupan con el futuro: días, meses o
años. Lo que más les importa es vencer aquel día.
Que la forma de vida de los animales pueda inspirarnos a
seguir adelante; tener un carácter incorruptible e inmutable; y calmar la
ansiedad, viviendo un día a la vez.
Y sobre toda la creación está el Señor, que creó tanto a
ellos como a nosotros. Dios protege todo lo que ha hecho. La creación solo
necesita estar atenta a la voz del Creador.
Mateo 6:27-28
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?