domingo, 26 de marzo de 2023

Demostrando la gratitud

Tenemos de ser fieles con el Señor,
En mucho, Él ya nos bendijo.
Todos los días, Él danos la vida,
Todos los días, Él danos el pan de cada día.
 
Algo para Dios, podemos prometer,
Conforme que ha sido dicho, debemos hacer.
Cosas en vano, no podemos prometer,
La falsedad en el corazón, no podemos tener.
 
Si una gracia el Señor te concedió,
Y con Dios usted se comprometió,
Haga todo aquello que su corazón habló,
Siendo fiel en el compromiso con el Señor.
 
Para el voto del Señor, el mejor debemos dar,
Dios no dio el peor para nos bendecir y regalar,
Un sacrificio agradable, debemos hacer,
Siendo honrados a la hora de agradecer.
 
El agradecimiento es muy importante,
Pues muestra que no somos arrogantes.
Muestra que del Señor, somos dependientes.
Y de nuestros compromisos, estamos conscientes.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen III.

sábado, 18 de marzo de 2023

El nacimiento

Hace dos mil años, algo muy especial ocurrió,
En una pequeña ciudad, Belén, un niño nació.
No fue un simple nacimiento,
En la historia humana, fue el mayor evento.

Una nueva estrella vino para el mundo iluminar.
Era Jesucristo, nuestro Señor.
Él vino para la verdad enseñar.
¡La verdad que solamente Él nos puede salvar!

Dios lo envió para liberarnos.
De la eterna muerte, Jesús vino a liberarnos,
Perdonando nuestros pecados,
Así, con Dios estamos reconciliados.

Toda la alabanza y gloria sean dadas al Señor,
Aún con nuestras fallas, mucho nos amó.
Dando a su hijo único, para nos rescatar,
Él pagó un altísimo precio,
Para la voluntad del Padre realizar.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.

Vea el libro:

sábado, 4 de marzo de 2023

Perdón en la última hora

A su lado, yo estaba siendo crucificado,
Yo era un criminal condenado.
Ninguna esperanza yo tenía,
Estaba seguro de que mi muerte vendría.

Para mí, nada iba a cambiar,
De la condenación, yo no iba a escapar.
Mi vida, ellos iban a cortar,
Yo creía que nadie me podría librar.

A mi lado, vi a un señor.
Algunos lo llamaban Salvador,
Y otros lo culpaban como malhechor.
Yo vi algo diferente en aquel hombre.
Mismo siendo crucificado,
No abandonaba su gran amor.

En ese hombre, yo me fijé,
Sentí que no era un hombre cualquier,
¡Él parecía ser un gran rey!
Yo dije: Señor, acuérdate de mí,
Cuando en tu reino entrar,
Y él dio la respuesta:
Conmigo, hoy en el paraíso, usted estará.

Mi esperanza reavivó,
Algo bueno, aquel hombre me prometió,
Él no tuvo ganas de condenarme,
Él prefirió perdonarme y salvarme.

Para la gloria de Cristo, yo iré,
Junto al gran Rey, yo estaré,
De mi vida, Él se agradó,
De todo el pecado, Él me perdonó,
A ti entrego mi espíritu, Señor.
Para la vida eterna contigo, yo voy.


Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen II.