La preocupación es algo natural para el ser humano,
Todos se preocupan por lo que va a suceder.
Todos desean saber cómo su futuro será,
Todos quieren estar listos para el mañana.
Esta búsqueda por la preparación genera ansiedad,
La mente se rellena de imaginaciones infinitas.
Cada uno crea en sí mismo todos los tipos de escenarios,
Cada persona imagina todo lo que puede pasar.
Estas imaginaciones se convierten en un tipo de miedo,
Ellas se arraigan en el corazón y producen angustia.
La persona se preocupa todo el tiempo; no hay descanso.
Ella se queda agitada, inquieta y sin saber qué hacer.
Y en la mayor parte del tiempo, la preocupación es inútil,
Pues son cosas que nadie sabe si van a pasar.
Uno experimenta un sufrimiento anticipado y sin sentido,
El sufrimiento está basado apenas en la expectativa.
Uno necesita ayuda para liberarse de la ansiedad,
La persona debe mirar hacia el alto y pedir socorro.
Ella debe recordar a aquel que controla todo,
Debe recordar que hay un Dios Todopoderoso.
Este Dios es capaz de aliviar esta pesada angustia,
Él quitará la preocupación, el miedo y la ansiedad.
La persona volverá a tener paz consigo misma,
Ella volverá a sonreír y podrá tener fe en un futuro mejor.
El Señor trae una paz inexplicable y duradera,
Aunque el destino se muestre totalmente incierto.
Dios calma el corazón dándole confianza,
Dándole una gran esperanza en medio del caos.
Siempre que la persona pensar en desesperarse,
Ella recordará que no hay razones para eso.
La persona entregará sus ansiedades para el Señor,
Y descansará esperando su acción maravillosa.
Este poema es parte del libro Palabras de fe.
Vea el libro:

No hay comentarios:
Publicar un comentario