Oh Señor, ¿cómo te puedo agradar?
¿Qué puedo hacer para aprobarme?
Algún sacrificio financiero podría hacer,
Pero, ¿qué dar a aquel que es el Dios y todo puede tener?
Hay una cosa muy valiosa que puedo dar,
Mi corazón, te puedo entregar,
Obedeciendo sus leyes y estatutos.
Manteniendo mi corazón sincero y puro.
En mi vida, el Señor siempre reinará,
Tu palabra, todos los días me va a guiar.
De esa forma, tu favor, puedo alcanzar.
Y mi vida, el Señor bendecirá.
¡Dios! ¡Tu gracia es maravillosa!
Con el Señor mi vida es gloriosa.
Tus bendiciones están siempre conmigo.
Gracias, Señor, por tus misericordias.
Gracias por ser mi mejor amigo.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen I.
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