Un día, perdido estaba,
Andaba por muchos caminos,
Pero nada tenía, nada encontraba.
Parecía tener muchos a mi lado,
Pero al final, siempre estaba solo.
Pensaba que todo estaba cierto,
Creía que mi camino era correcto,
En este camino, muchas veces he sido engañado.
Todos se reían de mí,
Y me sentía completamente humillado.
Un día, mi vida cambió,
Hubo una persona que en mí creyó.
Y todo se transformó…
Jesucristo me vino a encontrar,
Y mi triste historia pudo cambiar.
Dios me vino a rescatar,
En la presencia del Rey, puedo caminar.
Y muchas barreras pude superar,
Pues para Dios no hay límites.
Este poema es parte del libro Poesías diversas volumen I.
Vea el libro:
No hay comentarios:
Publicar un comentario