viernes, 23 de septiembre de 2022

Estaciones de la vida

Así como la naturaleza, nuestra vida tiene estaciones muy distinguidas,
Algunas pueden traernos tristeza, pero en otras vienen las alegrías.
Por lo mejor o lo peor que sea la estación, en ella no podemos fijar,
Siempre tenemos que creer que un nuevo tiempo y estación vendrá.

Algunas veces, estamos en el otoño, despidiéndonos de un bello verano,
Miramos que ya no es como antes, pues en una nueva estación entramos.
La lluvia de hartura y bendiciones está disminuyendo y la sequía empezando,
Lo que antes aprovechábamos libremente, ahora estamos racionando.

Otras veces, estamos en el invierno, todo parece frío, oscuro y solitario,
Queremos tener fe en el cambio, tener fe que todo eso es temporario.
Pues el invierno nos trae días difíciles de vivir, difíciles de algo hacer,
Todas las cosas parecen congeladas, nada se quiere crecer.

Podemos estar en la primavera, experimentando la bella transformación,
Aquello que estaba sin vida, renace, trayendo esperanza al corazón.
Los días oscuros y fríos dan lugar a días llenos de luz y soleados.
Nos sentimos vivos de nuevo, completamente renovados.

En otros momentos, estamos en el verano, con mucho sol, calor y lluvias,
Muchas cosas aconteciendo al mismo tiempo, muchas victorias y luchas.
Al mismo tiempo que llega una tempestad, luego viene el sol a brillar,
Necesitamos mucha persistencia para todas las variaciones soportar.

Diferente de la naturaleza, nuestra vida no sigue el ciclo de las estaciones,
No existe una orden cierta y un período para ocurrieren las transiciones.
Debemos estar siempre atentos a cada una de las señales recibidas,
Estando seguros de que Dios estará en cada momento de la vida.


Este poema es parte del libro La vida a través de las palabras.

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