En aquella madrugada de viernes, algo importante acontecía,
Un amigo estaba yendo hacer algo que cambiaría muchas vidas.
Mismo siendo un amigo, no vaciló y con un beso, selló la traición,
Entregando a su amigo que hace mucho deseaban la condenación.
Sus acusadores lo llevarán para un juicio injusto y forjado,
Y con algunos testimonios falsos, el culpable, fue declarado.
Él ni mismo fue defendido por otro que decía ser su amigo,
Éste le negó varias veces, diciendo que nunca lo había visto.
Para Él fue solicitada la pena máxima, dada a los peores bandidos,
Ellos querían matarlo, haciéndolo un ejemplo para sus discípulos.
Lo llevaron hasta el gobernador para sellar su condenación,
Sin embargo, no encontrando culpa en Él, recomendó su liberación.
Pero sus acusadores insistieron que Él debería ser condenado,
E incluso pidieron que en su lugar un bandido fuera liberado.
Él entonces fue llevado para recibir la primera parte de su castigo,
Humillación y agresión, para burlarse del Rey, una corona de espinas.
Después de muchas agresiones y sufrimientos, decidieron su pena ejecutar,
Lo hicieron pasar por un camino para aún más humillar.
Mismo estando frágil, una pesada cruz, lo hicieron cargar,
Muchos que lo veían se burlaban, pero los suyos lloraban.
Al llegar al local, iniciaron su dolorosa crucifixión,
Grandes clavos de hierro fueron fijados en sus pies y manos.
En medio de la multitud, sus acusadores continuaban a burlar,
Seguían lo desafiando a hacer un milagro y se libertar.
Él permaneció en su cruz recibiendo aquel terrible castigo,
Su cuerpo estaba muy debilitado y era difícil quedarse vivo.
Él entonces dice las palabras que terminarían con el sufrimiento:
“Todo se ha cumplido” y así entregó el espíritu en aquel momento.