Algunos no están preocupados por el Señor,
Están preocupados en mostrar su valor.
Al revés de ir a todos los lugares evangelizar,
Ellos quedan disputando lo que van a ganar.
El premio que disputan no son almas para salvar,
El premio es ser el pastor más popular.
Como grandes celebridades, los pastores quieren ser,
El trabajo para ganar vidas, ellos no quieren hacer.
Ellos compran horarios en las redes de televisión,
Haciendo lo posible para maximizar su exhibición.
De sus ovejas, ellos empiezan a olvidar,
Con el tiempo, están pensando en enriquecer y ganar.
La riqueza y el poder, ellos tratan de alcanzar,
Durante los servicios empiezan a comercializar.
Para los fieles, muchos productos van a ofrecer,
Diciendo que todo es para la obra crecer,
Pero ningún dinero, aquella iglesia va a obtener.
Estos hombres siempre piden grandes contribuciones,
Siempre diciendo que habrá muchas bendiciones.
El evangelio de la humildad y salvación no quieren predicar,
Solamente desean a su fortuna aumentar.
De estos tipos de hombres, busque se desviar,
Busque aquellos que la verdad desean predicar.
Prefiera aquel pastor humilde y no el icono popular,
Porque Cristo ha sido humilde para nos salvar.
Este poema es parte del libro Poesía Cristiana volumen III.
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